Reino y Corona de Aragón

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Castillo de Loarre

Monasterios, fortalezas, catedrales nos permiten hoy conocer la historia de Aragón desde los inicios del Reino hasta la formación de la Corona de Aragón y su expansión territorial hacia el Mediterráneo. Dos recorridos harán al viajero conocer el pasado a través de gran parte de los monumentos más significativos de nuestro territorio.

Tramos

Origen del Reino

La formación territorial de Aragón tiene su origen en el reparto de los reinos de Pamplona, Castilla y los condados de Sobrarbe, Ribagorza y Aragón entre los hijos del rey Sancho el Mayor de Navarra a su muerte en 1035. Ramiro I, hijo natural ilegítimo y primogénito, heredará el condado de Aragón. Ramiro incorporará a Aragón los condados de Sobrarbe y Ribagorza tras la muerte de su hermano Gonzalo. El reinado de Ramiro I y el de su hijo Sancho Ramírez destacarán por el afán conquistador. Abadías y prioratos son parte fundamental del entramado institucional y económico del joven reino de Aragón. Sancho Ramírez establece la capital en Jaca, traslada allí la sede episcopal y ordena la construcción de una gran catedral. Jaca se convierte en un núcleo artístico y comercial dentro del camino de peregrinación a Santiago.

Sancho Ramírez tendrá tres hijos Pedro I, Alfonso I el Batallador y Ramiro II el monje, que seguirán expandiendo el reino. Pedro I conquista Huesca en 1096 y su hermano Alfonso Zaragoza en 1118.

Tras la muerte sin descendencia de Alfonso I en el año 1134, este lega el reino a las órdenes religiosas, lo que contradecía el derecho tradicional aragonés, mientras que la nobleza proclama heredero a su hermano Ramiro. Ramiro II casa a su hija Petronila con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, siendo el hijo de ambos, Alfonso II, el primer monarca de la Corona de Aragón.

Testigo de este periodo histórico, que abarca desde el origen del Reino hasta la formación de la Corona de Aragón, fue Roda de Isábena, sede episcopal en el siglo X. En Roda se construyó un gran templo bajo la advocación de San Vicente en cuyo interior descansan los restos del patrón de Zaragoza, San Valero y de siete de obispos. En el municipio de Pueyo de Araguás se halla el Real Monasterio de San Victorián, donde se gestó la formación de la Corona de Aragón, ya que en estas dependencias Ramiro el Monje pactó con Ramón Berenguer IV que se casara con su hija doña Petronila. Cumplió funciones de panteón y contó con el favor de los monarcas aragoneses. Otros grandes monasterios son el Monasterio de Santa María de Obarra, ejemplo de los edificios lombardos en Aragón; el Monasterio de San Pedro de Alaón, en Sopeira, que se convirtió durante los siglos IX y X en centro cultural de la zona; y el Monasterio de Siresa, sede episcopal a finales del siglo X y en cuyos muros Doña Sancha, hermana del rey Sancho Ramírez, tuteló la infancia de su sobrino Alfonso I el Batallador.

Jaca obtuvo la condición de capital del Reino de Aragón en 1077. La nueva ciudad se convertirá en uno de los mejores conjuntos de arte románico de la Península y tras la construcción de su Catedral en un gran centro comercial dentro del camino de Santiago francés. En la misma ciudad de Jaca se encuentra el Monasterio de las Benitas, donde se conserva el sepulcro de Doña Sancha hija de Ramiro I y hermana de Sancho Ramírez.

El Monasterio de San Juan de la Peña fue centro del poder religioso y político durante los siglos XI y XII. Ubicado bajo una gran peña de la que toma el nombre, presenta varias estancias superpuestas construidas en diferentes épocas entre las que destacan: una iglesia mozárabe, la iglesia y claustro románico, un panteón real, panteón de nobles y varias capillas barrocas. Acoge en su interior la sepultura de los reyes Ramiro I y Sancho Ramírez así como sus familiares. Se convirtió en lugar de peregrinaje en la vía francesa del Camino de Santiago. Actualmente es un gran centro cultural que ofrece servicios turísticos y la posibilidad conocer mejor la historia de estos monjes y del nacimiento del reino. La iglesia barroca del monasterio nuevo es ahora sede del Centro de Interpretación del Reino de Aragón.

Al amparo del Camino de Santiago se desarrollaron núcleos urbanos como Santa Cruz de la Serós fundada por Ramiro I a mediados del siglo XI. En los siglos XI y XII, entre los muros del Monasterio de Santa María vivieron las mujeres de la nobleza aragonesa, así como las tres hijas del rey Ramiro I. Cabe citar también otras joyas del románico jaqués como la Iglesia de Santa María de Iguacel en localidad de Castiello de Jaca, cuya construcción a principios del siglo XI fue financiada por Doña Urraca, hija de Ramiro I; o el Monasterio de San Adrián de Sásave en el municipio de Borau.

A principios del siglo X, el Rey Sancho de Pamplona ocupó y fortificó Uncastillo y Sos, enclaves estratégicos en la lucha contra los ejércitos musulmanes. La villa de Uncastillo desempeñó un papel importante en los orígenes del Reino de Aragón hasta la Baja Edad Media. La fortaleza que dio origen a la localidad pasó a manos cristianas y el castillo fue reconstruido en el siglo X. A sus pies se fue configurando un caserío con una estructura radiocéntrica y se construyó una muralla que rodeaba toda la población. El momento de mayor apogeo de Uncastillo se sitúa a partir del siglo XII en relación con el impulso de la Ruta Jacobea. Prueba de ellos son las seis iglesias románicas que se empezaron a construir a lo largo de este siglo, dedicadas a Santa María la Mayor, San Martín, San Miguel, San Felices, San Juan y San Lorenzo.

Sos del Rey Católico se convirtió en una de las villas más prósperas y populosas de las Cinco Villas. La villa conserva el urbanismo y numerosos restos de época medieval como la torre del homenaje que corona el castillo, de comienzos del siglo XI, o las murallas que fueron completadas por el monarca Ramiro II. Del siglo XII se conserva la Iglesia de San Esteban, magnífico ejemplo de arquitectura y escultura románica, y la cripta de la Virgen del Perdón, que cuenta además con un rico conjunto de pinturas murales de estilo gótico lineal. La villa cuenta con una lonja medieval de construcción románica, con arcos apuntados y un pozo de piedra. El 10 de marzo de 1452 tuvo lugar el acontecimiento más importante de su historia: el nacimiento del futuro monarca Fernando II de Aragón, más conocido como Fernando el Católico, en el Casal de la familia Sada.

En la ciudad de Huesca se levantaron importantes edificios, como el Monasterio de San Pedro el Viejo o la Catedral, muestra de los estilos artísticos imperantes en el momento de su construcción: el Románico y el Gótico respectivamente. A comienzos del siglo XII, San Pedro el Viejo fue sede real y morada de Ramiro II, cuyos restos alojó a su muerte, convirtiéndose así en Panteón Real. Junto a él descansan los restos de Alfonso I. El Palacio de los Reyes de Aragón es un magnífico ejemplo del románico civil de finales del siglo XII y en el que se conservan estancias como la «Sala de la Campana», el «Salón del Trono» y la «Sala de doña Petronila». Adosado a este palacio se encuentra el edificio de la antigua Universidad Sertoriana, fundada un siglo después por Pedro IV, siendo la más antigua del reino de Aragón y cuyo edificio hoy alberga al Museo de Huesca.

Otro importante panteón fue el Real Monasterio de Sijena, fundado en 1188 por la reina Doña Sancha de Castilla. Acogió a un buen número de reinas y princesas. Su claustro sirvió de lugar de enterramiento de reyes, reinas e infantas de Aragón, destacando la sepultura de la reina Doña Sancha y la de su hijo Pedro II.

Próximo a Huesca se ubica el Castillo de Montearagón, fundado por Sancho Ramírez en el año 1085 y posteriormente cedido por Pedro I a la orden de San Agustín. Durante la Edad Media llegó a ser la abadía más rica y poderosa de Aragón. El monasterio tuvo al frente a importantes abades miembros de la nobleza y la realeza.

Otras dos importantes fortalezas destacan en la geografía oscense: El Castillo de Loarre y el de Monzón. El primero es una de las fortalezas medievales mejor conservadas en Aragón y está considerado uno de los edificios más bellos y perfectos del románico europeo. Castillo, fortaleza, residencia real y monasterio forman este conjunto que perdió su carácter militar al avanzar la Reconquista. El Castillo de Monzón es el mejor conservado de los levantados en Aragón por una orden militar. Ramón Berenguer IV lo cedió a la Orden del Temple. La historia de esta orden y su relación con el reino de Aragón se explica en el Centro de Interpretación dedicado a la Orden del Temple. Monzón y su castillo fueron sede de Cortes hasta bien entrado el siglo XVI.

Tras la conquista de Huesca, Pedro I recupera definitivamente Barbastro en 1101 y la convierte en sede episcopal. Sobre la mezquita mayor islámica se construye una catedral dedicada a Santa María. La Catedral de la Asunción de Nuestra Señora es el edificio más notable de la ciudad de Barbastro y uno de los edificios religiosos más bellos de Aragón. En 1137 en la Plaza de la Candelera se celebraron los esponsales de Doña Petronila, hija de Ramiro II el Monje y que contaba con tan sólo un año, con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona.

En 1118 Alfonso I el Batallador reconquista Zaragoza. Durante el siglo XII, Zaragoza es considerada cabeza del reino y los reyes se acostumbran a residir largas temporadas en la ciudad. Se convirtió en capital del reino aragonés con Alfonso II, hijo de Petronila y Berenguer IV. A partir de entonces el Palacio de la Aljafería pasa a ser residencia de los monarcas cristianos, quienes llevaran a cabo numerosas obras de ampliación y acondicionamiento del edificio original islámico durante varios siglos. Se construyen nuevos barrios cristianos como el de San Pablo y se levanta la catedral cristiana sobre la antigua mezquita. En 1121 se consagra la Seo de Zaragoza bajo la advocación del Salvador. Su singularidad reside no solo en la calidad de sus elementos arquitectónicos y decorativos, sino que también es considerada un reflejo de la historia y el arte de Aragón desde la Edad Media. Ha sido sede de sínodos, concilios y las más relevantes ceremonias relacionadas con la Corona de Aragón. El Palacio de la Aljafería, la Seo y la Iglesia de San Pablo fueron declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2001, considerados edificios representativos del arte mudéjar aragonés, que en Zaragoza cuenta con otros elementos representativos como las iglesias de San Miguel de los Navarros, la Magdalena o San Gil.

La Corona de Aragón y la expansión del territorio

A partir del reinado de Alfonso II se inicia un periodo político encaminado a la conquista exterior y expansión hacia el Mediterráneo, completando la conquista y ocupación de la mayor parte de la extremadura aragonesa, hacia tierra de Teruel. Alfonso II, hijo de Petronila y Ramón Berenguer IV será rey de la Corona de Aragón a partir de 1162, tras la muerte de su padre y la transmisión a su favor del Reino de Aragón por su madre, en 1164. El nuevo monarca prosigue la conquista del Sur de Aragón gracias al apoyo de las órdenes militares y la labor de repoblación derivada de la creación de grandes monasterios en las zonas limítrofes.

Conforme se produce la expansión territorial, los monjes del Císter introducen un estilo arquitectónico europeo sobrio y severo. Con estilo cisterciense se construyen monasterios en zonas agrícolas que ayudan al desarrollo económico y cultural. El Monasterio de Veruela, situado en Vera del Moncayo, fue fundado por Don Pedro Atarés hacia 1145 o 1146. Es uno de los monasterios más bellos y mejor conservados del territorio aragonés y junto a los de Rueda y Piedra, forman el conjunto de cenobios cistercienses más representativos de la Comunidad Autónoma. El Monasterio de Rueda se construyó en el actual término municipal de Sástago, después de que el monarca Alfonso II otorgara el castillo y la villa de Escatrón al abad de Santa María de Juncería en el año 1182. En 1186, el monarca dona a la abadía de Poblet el castillo de Piedra con la intención de fundar un nuevo monasterio en una comarca lindante con Castilla, el Monasterio de Nuestra Señora de Piedra, en Nuévalos.

El Monasterio de Santa María de Veruela fue el motor de la repoblación de la comarca de Tarazona. El desarrollo económico que experimenta la zona se traduce en proyectos arquitectónicos civiles y religiosos. Tarazona, fundada en 1119 tras la conquista de Zaragoza, se fortifica y convierte en sede episcopal, debido a la importancia de su posición fronteriza frente a Navarra y Castilla. También fue designada sede de una de las doce demarcaciones fiscales aragonesas. Su desarrollo económico propicia la construcción de numerosos edificios religiosos en la ciudad como su imponente Catedral. La Catedral de Tarazona presenta una rica fusión de estilos fruto de las diversas etapas que atraviesa su construcción. La Iglesia parroquial de Santa María Magdalena fue la primera catedral de Tarazona, construida en el siglo XII. Es el edificio religioso más antiguo que se conserva en el municipio y un gran ejemplo del hacer de los maestros mudéjares en la comarca de Tarazona y el Moncayo. La población cuenta con importantes monumentos de factura posterior, como son el Palacio Episcopal y la Casa Consistorial, que presenta en la espectacular decoración en yeso tallado de su fachada figuras alegóricas relacionadas con la historia del municipio y el reino de Aragón.

La villa de Daroca fue reconquistada por el monarca Alfonso I el Batallador en 1005. Durante el siglo XII la población creció hasta alcanzar en 1230 su punto álgido, con más de 4.000 habitantes. Su recinto amurallado da cuenta de la importancia estratégica de esta población. De los siglos XII y XIII datan dos de los edificios más significativos de la villa: la Iglesia de Santa María y la Iglesia de San Salvador. En la Iglesia de Santa María se encuentra la Capilla de los Corporales, uno de los monumentos más representativos de la escultura gótica en Aragón. Los Sagrados Corporales convirtieron a Daroca en un centro religioso importantísimo y lugar de peregrinación de la cristiandad. Fue objeto de especial atención por parte de arzobispos, papas y reyes, habiendo sido visitada por numerosos monarcas.

La villa de Calatayud es conquistada por los cristianos y entra a formar parte del Reino de Aragón en 1120. Su situación geográfica, entre los Valles del Jiloca y el Jalón, así como su cercanía a Castilla, propiciarán su desarrollo urbano. En el siglo XV Calatayud era la segunda ciudad del reino después de Zaragoza, cabecera de una extensa y rica comunidad de aldeas. Por ello será sede del parlamento previo al llamado Compromiso de Caspe. De origen islámico, Calatayud será ejemplo de la convivencia de judíos, musulmanes y cristianos, lo que tendrá su fruto en importantes manifestaciones artísticas como las mudéjares, destacando: la Colegiata de Santa María la Mayor sobre la antigua Mezquita Mayor, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO; la Iglesia de San Andrés; el claustro de la Colegiata del Santo Sepulcro o la iglesia de San Pedro de los Francos, recinto donde las Cortes de 1461 proclamaron heredero de Juan II al príncipe Fernando y donde se constituyó el primer gobierno de la Comunidad Autónoma de Aragón en 1978.

El rey Alfonso II entregó la villa de Caspe a la Orden del Hospital en 1193. La localidad de Caspe conmemora de manera especial el llamado Compromiso de Caspe, puesto que su historia y pasado van ligados en gran medida a este importante acontecimiento histórico. El 28 de junio de 1412 tuvo lugar en la villa de Caspe un momento decisivo de la historia aragonesa, española y europea: en la sala noble del Castillo de la Bailía se firmó el llamado Compromiso de Caspe, resolviendo de forma pacífica el vacío monárquico abierto dos años antes con la muerte del rey Martín I el Humano sin heredero legítimo. Supuso la entronización de Fernando I y la entrada con él de la dinastía castellana de los Trastámara en la Corona de Aragón. El Castillo del Compromiso fue el escenario donde Fernando de Antequera fue elegido Rey de Aragón y en la Colegiata de Santa María se celebró la misa el 28 de junio de 1412 en honor del nuevo monarca.

Alfonso II conquistó el Tirwal a los musulmanes. Dotó a Teruel de un castillo, cedido primero a la orden del Redentor y a partir de 1196 a los Templarios, y de una gran muralla con siete puertas. Teruel es considerada una joya del arte medieval por la relevancia de edificios tales como la Catedral de Santa María, construida sobre la parroquia románica de Santa María del siglo XII, la Iglesia de San Pedro, la torre de San Martín y la torre del Salvador, emblemas todos ellos del arte mudéjar y que merecieron la distinción de Patrimonio Mundial por UNESCO en 1986.

La conquista de la región del Matarraña y Teruel propició un mayor desarrollo de la presencia de las órdenes militares y a la consolidación de fronteras mediante fortificaciones y fueros. A las órdenes del Temple, Hospital, Calatrava y Alfambra, se entregaron castillos y propiedades dando lugar posteriormente a múltiples encomiendas. En 1179 Alfonso II concede el Castillo de Alcañiz a la Orden Militar de Calatrava, que instala la Sede de la Encomienda en el castillo. La villa de Alcañiz vivirá un acontecimiento de gran trascendencia en el siglo XV, un proceso conocido como la «Concordia» de Alcañiz, previa al Compromiso de Caspe, por el que se nombró rey a Fernando de Antequera. El Parlamento de Alcañiz tuvo como sede la Iglesia colegial de Santa María la Mayor.

El Maestrazgo es custodiado por órdenes militares como la de los templarios. Cantavieja fue uno de los enclaves históricos de mayor relevancia. Su desarrollo se produce en 1169 cuando es conquistada por Alfonso II. Legado de la Orden de San Juan es la iglesia gótica de San Miguel, una obra de del siglo XIV junto a la que se edificó el Hospital de San Roque. En el interior de la iglesia hay ejemplos de decoración mudéjar y un interesante sarcófago que contiene los restos de un caballero de la orden. La construcción del Castillo de Castellote también fue ordenada por Alfonso II, quien encomendó su defensa a los Templarios. El Torreón Templario alberga un centro de interpretación de la Orden del Temple que nos sumerge en el pasado histórico de la villa Castellote. De igual forma se fortifican Mora de Rubielos y Rubielos de Mora.

Albarracín y su tierra son consideradas zona de expansión del reino. El recinto fortificado de Albarracín de origen islámico, en manos de la familia de Azagra, fue conquistado en 1285 por el rey Pedro III, pasando definitivamente a la Corona de Aragón en 1300. La Edad Media será uno de los periodos de mayor desarrollo económico y arquitectónico de Albarracín, destacando además de la muralla, el Castillo de El Andador y la Catedral gótica de El Salvador.

Patrimonio cultural en la ruta