Monasterio de Piedra
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El Monasterio de Piedra está situado en las inmediaciones del pueblo de Nuévalos, junto al paso del río Piedra, en un lugar muy próximo a su nacimiento. Es el resultado, junto a los monasterios de Nuestra Señora de Veruela y Nuestra Señora de Rueda, de las particulares necesidades políticas, sociales y económicas en el territorio aragonés en la época de la reconquista. La necesidad de los reyes aragoneses de promover una política de repoblación del territorio será decisiva para el asentamiento de la orden del Cister en Aragón.
Ocupado por la orden cisterciense entre 1218 y 1835, el monasterio se construyó siguiendo el esquema fijado por la orden. El lugar donde se ubicó respondía a los requisitos de la orden, de acuerdo a un lugar apto para la soledad alejado del mundo exterior, pero que les permitiera vivir de manera autosuficiente. La arquitectura debía seguir un esquema determinado por la simplicidad, funcionalidad y perfecta adecuación de todas las partes del conjunto, así como por la austeridad absoluta y la desnudez ornamental que suprime toda decoración figurada.
Los edificios que forman el conjunto están ordenados en torno a un claustro central, de planta sensiblemente cuadrada y que abre al patio mediante arquerías ojivales de traza muy sencilla sin decoración escultórica. Al Norte se levanta la iglesia abacial de tres naves con crucero, que en la actualidad se encuentra prácticamente en ruinas. Al Este se dispone la Sala Capitular, la biblioteca y el scriptorium, al Sur las cocinas, el refectorio y su lavatorium y al Oeste los almacenes.
El conjunto monástico de Nuestra Señora de Piedra está protegido en los flancos Norte y Este por una muralla de mampostería asentada con mortero de cal jalonada intermitentemente por torres de vigilancia de planta semicircular. El acceso se practicó en el extremo noroeste de la muralla bajo un torreón de planta cuadrada de piedra sillar conocido como Torre del Homenaje.
Las crisis sufridas durante el siglo XIV no permitirán una renovación de las estructuras hasta el siglo XV cuando comenzarán a acometerse nuevas obras. En el siglo XVI se construye un nuevo claustro, de tres naves que delimitaba un gran patio abierto por uno de sus lados. Sobre las naves se levantaron varios pisos comunicados mediante una monumental escalera de factura renacentista de carácter sobrio y elegante.
En la parte occidental del conjunto de claustro e iglesia se levantan los dos palacios abaciales. El primitivo orienta su fachada hacia poniente con una singular composición de órdenes.
La perfecta regularidad del conjunto arquitectónico rodeado de huertas y pastos, contrasta brutalmente con la zona abrupta de roca y saltos de agua que primitivamente presentaría una imagen mucho más salvaje que la actual.
El río Piedra nace a poca distancia del monasterio y antes de entrar en la zona del monasterio se divide en dos ramales, uno que fertiliza la huerta y alimenta lagos y partes bajas, y la otra se derrama en multitud de arroyos que buscando la salida entre accidentes y altibajos del terreno, va saliendo en forma de arroyos, cascadas o saltos más o menos importantes en diferentes lugares y direcciones para concluir finalmente reunidos en el llamado Torrente de los Mirlos desde donde toda esta masa de agua se precipita desde la gran cascada llamada Cola de Caballo. Los cauces de las aguas fueron manipulados por la familia Muntadas para conseguir un mayor efectismo aunque se conoce de la belleza del lugar desde el primer asentamiento de los monjes. El padre Antonio Joaquín Sanz de Larrea, prior del monasterio hacia mediados del siglo XVIII, se permitió escribir un curioso manuscrito, hoy perdido, que tituló Historia de la Piedra en el desierto de Aragón. Nadie podía imaginar que detrás de aquellas murallas se encontraba un frondoso vergel, donde el agua corría a raudales por arroyuelos y cascadas o se remansaba en tranquilos estanques.
Actualmente el conjunto del Monasterio de Piedra y el Parque es objeto de un plan de gestión turística que tienen como objetivo la conservación tanto de estructuras arquitectónicas como de los ecosistemas naturales que rodean al complejo arquitectónico. En el conjunto se ha creado el Centro de Interpretación de fauna piscícola y el Museo del Vino Denominación de Origen Calatayud. Además la mayor parte del monasterio renacentista ha sido rehabilitado para uso turístico.
Historia
Construcción original. Siglo XII - XIII, 1195-01-01 - 1218-01-01
- Cisterciense
Ampliación
Daños parciales
Cambio de propiedad. Siglo XIX, 1840-01-01
Rehabilitación. Siglo XX
Declaración. Siglo XX - XXI, 1945-08-08 - 2010-08-08
El día 22 de septiembre de 2010 se publica la Orden de 24 de agosto de 2010, del Departamento de Educación Cultura y Deporte, por la que se completa la declaración del Parque-Jardín del Monasterio de Piedra como Conjunto de Interés Cultural, en la categoría de Jardín Histórico.
Bibliografía relacionada
El Monasterio de Piedra está situado en las inmediaciones del pueblo de Nuévalos, junto al paso del río Piedra, en un lugar muy próximo a su nacimiento. Es el resultado, junto a los monasterios de Nuestra Señora de Veruela y Nuestra Señora de Rueda, de las particulares necesidades políticas, sociales y económicas en el territorio aragonés en la época de la reconquista. La necesidad de los reyes aragoneses de promover una política de repoblación del territorio será decisiva para el asentamiento de la orden del Cister en Aragón.
Ocupado por la orden cisterciense entre 1218 y 1835, el monasterio se construyó siguiendo el esquema fijado por la orden. El lugar donde se ubicó respondía a los requisitos de la orden, de acuerdo a un lugar apto para la soledad alejado del mundo exterior, pero que les permitiera vivir de manera autosuficiente. La arquitectura debía seguir un esquema determinado por la simplicidad, funcionalidad y perfecta adecuación de todas las partes del conjunto, así como por la austeridad absoluta y la desnudez ornamental que suprime toda decoración figurada.
Los edificios que forman el conjunto están ordenados en torno a un claustro central, de planta sensiblemente cuadrada y que abre al patio mediante arquerías ojivales de traza muy sencilla sin decoración escultórica. Al Norte se levanta la iglesia abacial de tres naves con crucero, que en la actualidad se encuentra prácticamente en ruinas. Al Este se dispone la Sala Capitular, la biblioteca y el scriptorium, al Sur las cocinas, el refectorio y su lavatorium y al Oeste los almacenes.
El conjunto monástico de Nuestra Señora de Piedra está protegido en los flancos Norte y Este por una muralla de mampostería asentada con mortero de cal jalonada intermitentemente por torres de vigilancia de planta semicircular. El acceso se practicó en el extremo noroeste de la muralla bajo un torreón de planta cuadrada de piedra sillar conocido como Torre del Homenaje.
Las crisis sufridas durante el siglo XIV no permitirán una renovación de las estructuras hasta el siglo XV cuando comenzarán a acometerse nuevas obras. En el siglo XVI se construye un nuevo claustro, de tres naves que delimitaba un gran patio abierto por uno de sus lados. Sobre las naves se levantaron varios pisos comunicados mediante una monumental escalera de factura renacentista de carácter sobrio y elegante.
En la parte occidental del conjunto de claustro e iglesia se levantan los dos palacios abaciales. El primitivo orienta su fachada hacia poniente con una singular composición de órdenes.
La perfecta regularidad del conjunto arquitectónico rodeado de huertas y pastos, contrasta brutalmente con la zona abrupta de roca y saltos de agua que primitivamente presentaría una imagen mucho más salvaje que la actual.
El río Piedra nace a poca distancia del monasterio y antes de entrar en la zona del monasterio se divide en dos ramales, uno que fertiliza la huerta y alimenta lagos y partes bajas, y la otra se derrama en multitud de arroyos que buscando la salida entre accidentes y altibajos del terreno, va saliendo en forma de arroyos, cascadas o saltos más o menos importantes en diferentes lugares y direcciones para concluir finalmente reunidos en el llamado Torrente de los Mirlos desde donde toda esta masa de agua se precipita desde la gran cascada llamada Cola de Caballo. Los cauces de las aguas fueron manipulados por la familia Muntadas para conseguir un mayor efectismo aunque se conoce de la belleza del lugar desde el primer asentamiento de los monjes. El padre Antonio Joaquín Sanz de Larrea, prior del monasterio hacia mediados del siglo XVIII, se permitió escribir un curioso manuscrito, hoy perdido, que tituló Historia de la Piedra en el desierto de Aragón. Nadie podía imaginar que detrás de aquellas murallas se encontraba un frondoso vergel, donde el agua corría a raudales por arroyuelos y cascadas o se remansaba en tranquilos estanques.
Actualmente el conjunto del Monasterio de Piedra y el Parque es objeto de un plan de gestión turística que tienen como objetivo la conservación tanto de estructuras arquitectónicas como de los ecosistemas naturales que rodean al complejo arquitectónico. En el conjunto se ha creado el Centro de Interpretación de fauna piscícola y el Museo del Vino Denominación de Origen Calatayud. Además la mayor parte del monasterio renacentista ha sido rehabilitado para uso turístico.
Historia
Construcción original. Siglo XII - XIII, 1195-01-01 - 1218-01-01
- Cisterciense
Ampliación
Daños parciales
Cambio de propiedad. Siglo XIX, 1840-01-01
Rehabilitación. Siglo XX
Declaración. Siglo XX - XXI, 1945-08-08 - 2010-08-08
El día 22 de septiembre de 2010 se publica la Orden de 24 de agosto de 2010, del Departamento de Educación Cultura y Deporte, por la que se completa la declaración del Parque-Jardín del Monasterio de Piedra como Conjunto de Interés Cultural, en la categoría de Jardín Histórico.