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La Villa de Luesia es declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico
El Consejo de Gobierno en su reunión del día 7 de julio, aprobó un decreto por el que la Villa de Luesia (Zaragoza) es declarada Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Conjunto Histórico (publicado en el B.O.A. del día 16 de julio de 2009). Esta declaración supone que el Ayuntamiento de la localidad deberá redactar y aprobar planes especiales de protección del área afectada por la declaración, según las exigencias de la Ley del Patrimonio Cultural Aragonés.
El artículo 12 de la Ley del Patrimonio Cultural Aragonés define la figura de conjunto artístico (dentro de los Bienes de Interés Cultural) como «la agrupación continua o dispersa de bienes inmuebles, que es representativa de la evolución de una comunidad humana por ser testimonio de su cultura o de su historia, que se distribuye en una unidad coherente y delimitable con entidad propia, aunque cada elemento por separado no posea valores relevantes».
Situada en la margen izquierda del Río Arba, Luesia se emplaza sobre la ladera sur de uno de los promontorios que caracterizan el entorno enmarcado por una configuración sinuosa y accidentada del terreno a través de sus cerros, valles y colinas.
El castillo y la iglesia dominan con su presencia todo el conjunto y a su alrededor se dispone el caserío como elemento subordinado a un emplazamiento que responde a requisitos militares. Su topografía da lugar, a mediados del siglo XI, a un urbanismo concéntrico y radial respecto al cerro en el que se asientan el castillo y la iglesia. Posteriormente, en el siglo XII con la llegada de los judíos surgirá el barrio de San Esteban. A partir de entonces, la villa no experimentó cambios de crecimiento sustanciales, manteniendo su estructura originaria prácticamente intacta.
Luesia constituye un claro ejemplo de villa medieval, cuya escala y trazado se ha mantenido a lo largo del tiempo y que aún muestra la idiosincrasia de las edificaciones, caracterizadas por el empleo de la piedra en sus fachadas, el uso frecuente de los arcos de medio punto en la puertas de acceso, aleros de madera y empleo de tejas de cerámica curva.
Destaca la sinuosidad de las calles de la zona más antigua y sus estrechas dimensiones, dejando constancia de su carácter medieval, al igual que sucede en otras localidades de las Altas Cinco Villas, como Uncastillo o Sos del Rey Católico, ya declaradas Conjunto Histórico.