La consejera Broto asiste a la Misa Crismal en la Catedral de Tarazona

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La consejera de Educación, Cultura y Deporte, María Victoria Broto, ha asistido a la misa crismal que se ha celebrado en la catedral de Nuestra Señora de la Huerta de Tarazona. El templo abrió sus puertas al público el pasado sábado, tras casi treinta años cerrada debido a problemas en su conservación.

Después de varias intervenciones, en 1999 se redactó el Plan Director que ha permitido llevar a cabo su restauración. El proyecto se ha desarrollado en dos fases. En la primera, que terminó en 2004, se consolidaron la estructura de la cabecera, el cimborrio y el crucero. En 2005 comenzó la intervención concluida recientemente y centrada en la restauración de las capillas de los Conchillos de los Pérez Calvillo y de San Lorenzo, y en la impermeabilización del cimborrio, el chapitel y las azoteas. De manera paralela, se ha restaurado el retablo mayor, y el retablo y los lienzos de la capilla de San Andrés.

Se trata de una catedral de estilo gótico temprano con importantes modificaciones renacentistas posteriores, si bien en el exterior domina el estilo mudéjar debido a una reconstrucción realizada hacia el año 1360. La planta es de cruz latina con tres naves, bóveda de crucería, crucero y cabecera semicircular con girola donde se abren capillas radiales, al igual que en las naves laterales. El triforio está construido sobre las capillas de la girola.

La cabecera, la girola y el crucero de la catedral de Nuestra Señora de la Huerta de Tarazona se consagraron por primera vez en 1235 y durante gran parte de su historia ha tenido serias dificultades de conservación derivadas principalmente de problemas de humedades. Estas dificultadas la llevaron al cierre y a un ambicioso proyecto de restauración ya concluido y que será completado por otros, como los que ya trabajan en diferentes capillas o en el atrio.

En resumen, esta catedral ha sufrido, por un lado, trabajos de consolidación de la estructura, que han implicado nuevos sistemas de desagüe, sustituir o arreglar los pilares, consolidar la cabecera, el cimborrio y el crucero, e impermeabilizar las naves. Por otro, se ha realizado la restauración tanto del exterior como del interior, que ha supuesto el arreglo de las fachadas, la sustitución de las vidrieras y la recuperación de los pavimentos y los elementos decorativos; además, se ha reinstalado el coro del siglo XV en el centro de la nave.