Yacimiento de Nuestra Señora del Pueyo
Contacto
Oficina de Turismo de Belchite
C/ Becú 2 C.P. 50130 Belchite (Zaragoza)
976 830 771
turismo@belchite.esEl asentamiento romano de Nuestra Señora del Pueyo, de los siglos I a. C. – III d. C, se localiza en el término municipal de Belchite. El yacimiento fue ocupado durante un intervalo de tiempo comprendido entre el siglo I a. C. y el II /III d. C. según los restos muebles e inmuebles conservados.
La topografía ovalada del cerro convierte a este asentamiento en un emplazamiento estratégico, puesto que, desde él, se domina toda la llanura del río Aguasvivas, vía natural de comunicación hacia el río Ebro, así como la llanura que se extiende hasta la actual población de la Puebla de Albortón.
En un momento indeterminado del siglo I a. C, tuvo lugar un proceso de jerarquización del territorio del valle del río Aguasvivas, lo que conduciría, tras la romanización de la zona, a la fundación del asentamiento de Nuestro Señora del Pueyo, aprovechando su situación estratégica.
La ciudad, creada ex novo (siglo I a. C.) y cuyo nombre se desconoce, estaba constituida por una acrópolis, una zona monumental en la ladera sur y un poblamiento en la terraza sur, así como una necrópolis fuera del pomerium.
La estructura urbana del asentamiento se organiza de acuerdo a los ejes marcados por el cardus maximus y decumanus maximus, determinados por los cuatro desagües excavados en la roca, sitos en los cuatro puntos cardinales. En el entramado urbano, sobresalen, además de restos de estructuras de carácter doméstico, pavimentos de opus signinum y los accesos de entrada (escaleras excavadas en la roca), la arquitectura vinculada al agua (conjunto termal, castella aquae, presa o depósito de decantación de agua), realizada en opus caementicium.
Los habitantes de Nuestra Señora del Pueyo necesitaron y crearon, en y para su quehacer diario, una serie de bienes muebles, de los que destacan restos cerámicos (campaniense B, terra sigillata hispanica, terra sigillata galica, terra sigillata italica, terra sigillata africana, cerámica engobada, paredes finas, cerámica africana de cocina, cerámica común de cocción oxidante y reductora, fragmentos de mortero, lucernas de pico, recipientes de almacenaje como dolia y ánforas, elementos decorativos, tales como un ladrillo pintado con la inscripción MARCUS EECUS y estuco pintado, y constructivos) vítreos, pétreos (ara), numismáticos y metálicos.
La necrópolis se localiza en el barranco de Sarretilla, fuera de los límites de la población y junto a la vía de acceso este a la ciudad. Destaca el hallazgo de una urna funeraria de vidrio a la que acompañaba un ajuar conformado por un vaso de terra sigillata galica, decorado con escena de gladiadores, y su tapadera de terra sigillta italica, cuentas de collar de fayenza y una jarra de cerámica engobada con decoración antropomorfa.
Las características señaladas ponen en relación el asentamiento de Nuestra Señora del Pueyo con otros contemporáneos, como la presa de Almonacid de la Cuba y Celsa, y señalan su relevancia en relación con la agricultura. Las tierras estarían regadas por acequias (acequia de la Playa y de las Viñas), que transportaban agua desde la presa de Almonacid de la Cuba, y barrancos (barranco de Bocafoz), así como por las aguas almacenadas en edificios creados para tales usos.
Desde el siglo II d. C, y a causa de la inestabilidad política y social, el poblamiento en Nuestra Señora del Pueyo y sus áreas de influencia continuó, pero con un esquema de ocupación basado en las villas agrícolas.
Este patrón de asentamiento de explotación agrícola pudo continuar en los siglos siguientes, perdurando el sistema de captación y distribución de agua. Estas infraestructuras pudieron ser mejoradas por las comunidades musulmanas asentadas en el valle del Aguasvivas.
Quizá siguiendo una tradición religiosa previa, en el siglo XIII, se erige una pequeña ermita dedicada a Nuestra Señora del Pueyo, al mismo tiempo que se continúan con las actividades agrícolas. La importancia religiosa del cerro perdura hasta la actualidad. En el siglo XVI, se adosa a la ermita una torre mudéjar y, en sus inmediaciones, comienzan, en 1594, las obras de erección del monasterio de frailes agustinos. Posteriormente, en el siglo XVII, se construye un nuevo templo, terminado en 1725 y de estilo barroco. En estas sucesivas construcciones, pudieron ser reutilizados sillares de edificaciones romanas preexistentes.
A lo largo de los siglos y hasta época reciente, aprovechando los depósitos arcillosos y el agua, depositada bien en balsas naturales bien en depósitos conservados desde época romana, de la zona sudoeste del cerro, se asienta un horno cerámico y una tejería, que abastecería a las poblaciones cercanas.
El santuario de Nuestra Señora del Pueyo fue testigo de excepción de los episodios bélicos que, a sus pies, se desarrollaron en época contemporánea (Guerra de la Independencia y Guerra Civil Española), dado la ubicación estratégica del enclave.
El Boletín Oficial de Aragón del día 9 de mayo de 2011 publica el Decreto 100/2011, de 26 de abril, del Gobierno de Aragón, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Nuestra Señora del Pueyo, sito en Belchite (Zaragoza), como bien de interés cultural, en la categoría de conjunto de interés cultural, zona arqueológica.
Bibliografía relacionada
El asentamiento romano de Nuestra Señora del Pueyo, de los siglos I a. C. – III d. C, se localiza en el término municipal de Belchite. El yacimiento fue ocupado durante un intervalo de tiempo comprendido entre el siglo I a. C. y el II /III d. C. según los restos muebles e inmuebles conservados.
La topografía ovalada del cerro convierte a este asentamiento en un emplazamiento estratégico, puesto que, desde él, se domina toda la llanura del río Aguasvivas, vía natural de comunicación hacia el río Ebro, así como la llanura que se extiende hasta la actual población de la Puebla de Albortón.
En un momento indeterminado del siglo I a. C, tuvo lugar un proceso de jerarquización del territorio del valle del río Aguasvivas, lo que conduciría, tras la romanización de la zona, a la fundación del asentamiento de Nuestro Señora del Pueyo, aprovechando su situación estratégica.
La ciudad, creada ex novo (siglo I a. C.) y cuyo nombre se desconoce, estaba constituida por una acrópolis, una zona monumental en la ladera sur y un poblamiento en la terraza sur, así como una necrópolis fuera del pomerium.
La estructura urbana del asentamiento se organiza de acuerdo a los ejes marcados por el cardus maximus y decumanus maximus, determinados por los cuatro desagües excavados en la roca, sitos en los cuatro puntos cardinales. En el entramado urbano, sobresalen, además de restos de estructuras de carácter doméstico, pavimentos de opus signinum y los accesos de entrada (escaleras excavadas en la roca), la arquitectura vinculada al agua (conjunto termal, castella aquae, presa o depósito de decantación de agua), realizada en opus caementicium.
Los habitantes de Nuestra Señora del Pueyo necesitaron y crearon, en y para su quehacer diario, una serie de bienes muebles, de los que destacan restos cerámicos (campaniense B, terra sigillata hispanica, terra sigillata galica, terra sigillata italica, terra sigillata africana, cerámica engobada, paredes finas, cerámica africana de cocina, cerámica común de cocción oxidante y reductora, fragmentos de mortero, lucernas de pico, recipientes de almacenaje como dolia y ánforas, elementos decorativos, tales como un ladrillo pintado con la inscripción MARCUS EECUS y estuco pintado, y constructivos) vítreos, pétreos (ara), numismáticos y metálicos.
La necrópolis se localiza en el barranco de Sarretilla, fuera de los límites de la población y junto a la vía de acceso este a la ciudad. Destaca el hallazgo de una urna funeraria de vidrio a la que acompañaba un ajuar conformado por un vaso de terra sigillata galica, decorado con escena de gladiadores, y su tapadera de terra sigillta italica, cuentas de collar de fayenza y una jarra de cerámica engobada con decoración antropomorfa.
Las características señaladas ponen en relación el asentamiento de Nuestra Señora del Pueyo con otros contemporáneos, como la presa de Almonacid de la Cuba y Celsa, y señalan su relevancia en relación con la agricultura. Las tierras estarían regadas por acequias (acequia de la Playa y de las Viñas), que transportaban agua desde la presa de Almonacid de la Cuba, y barrancos (barranco de Bocafoz), así como por las aguas almacenadas en edificios creados para tales usos.
Desde el siglo II d. C, y a causa de la inestabilidad política y social, el poblamiento en Nuestra Señora del Pueyo y sus áreas de influencia continuó, pero con un esquema de ocupación basado en las villas agrícolas.
Este patrón de asentamiento de explotación agrícola pudo continuar en los siglos siguientes, perdurando el sistema de captación y distribución de agua. Estas infraestructuras pudieron ser mejoradas por las comunidades musulmanas asentadas en el valle del Aguasvivas.
Quizá siguiendo una tradición religiosa previa, en el siglo XIII, se erige una pequeña ermita dedicada a Nuestra Señora del Pueyo, al mismo tiempo que se continúan con las actividades agrícolas. La importancia religiosa del cerro perdura hasta la actualidad. En el siglo XVI, se adosa a la ermita una torre mudéjar y, en sus inmediaciones, comienzan, en 1594, las obras de erección del monasterio de frailes agustinos. Posteriormente, en el siglo XVII, se construye un nuevo templo, terminado en 1725 y de estilo barroco. En estas sucesivas construcciones, pudieron ser reutilizados sillares de edificaciones romanas preexistentes.
A lo largo de los siglos y hasta época reciente, aprovechando los depósitos arcillosos y el agua, depositada bien en balsas naturales bien en depósitos conservados desde época romana, de la zona sudoeste del cerro, se asienta un horno cerámico y una tejería, que abastecería a las poblaciones cercanas.
El santuario de Nuestra Señora del Pueyo fue testigo de excepción de los episodios bélicos que, a sus pies, se desarrollaron en época contemporánea (Guerra de la Independencia y Guerra Civil Española), dado la ubicación estratégica del enclave.
El Boletín Oficial de Aragón del día 9 de mayo de 2011 publica el Decreto 100/2011, de 26 de abril, del Gobierno de Aragón, por el que se declara el yacimiento arqueológico de Nuestra Señora del Pueyo, sito en Belchite (Zaragoza), como bien de interés cultural, en la categoría de conjunto de interés cultural, zona arqueológica.
Bibliografía relacionada
Contacto
Oficina de Turismo de Belchite
C/ Becú 2 C.P. 50130 Belchite (Zaragoza)
976 830 771
turismo@belchite.es