Virgen del Rosario

Se trata de la imagen de la Virgen del Rosario con el Niño. Talla policromada (posiblemente con la técnica al temple de huevo), de autor desconocido y perteneciente al siglo XIII, de época, por tanto, románica. Sus dimensiones aproximadas, en altura, son 1,5 metros.

Se trata de una talla en bulto redondo, aunque sólo se permite la vista frontal, ya que está realizada para ser vista de frente, al aparecer hueca por detrás. Virgen que aparece sentada y de frente sosteniendo al Niño sobre su regazo como sirviéndole de trono conforme a la tradición bizantina, sin que entre ambas figuras exista comunicación alguna.

Esta talla ha sufrido varias intervenciones de considerable importancia: Las carnaciones de la Virgen y del Niño, que han sido repintadas en tres ocasiones;las túnicas, que son un repinte del siglo XVIII, en pan de plata cubierto por un pigmento y un barniz que simulaba oro (corladura); y las coronas que se colocaron posteriormente, para lo que hicieron una incisión en la madera de las cabezas y así las incrustaron.

Además, el Niño sufrió un cambio importante respecto a su colocación. Se giró el torso y la cabeza, de tal manera que mirara a los creyentes; la cabeza también se movió. Para tapar el giro del torso y de la cabeza, utilizaron telas que pegaron encima de los cortes, las estucaron y las pintaron.

También utilizaron telas para tapar las uniones de las nuevas manos realizadas. 

La Virgen sufrió una fuerte intervención perdiendo volumen de la zona del pecho izquierdo, al igual que el Niño en el costado derecho. Este hecho debió producirse al desmontar al Niño para girarlo, y debía estar tallado del mismo bloque de madera que la Virgen (exceptuando su cabeza y brazos, al igual que el brazo derecho de la Virgen y la base del trono).