Torre de las Brujas
Lugar de origen antiguo, seguramente romano, relacionado con la existencia de fuentes termales. En el siglo XI debió pertenecer al castillo de Ruesta, aunque sería fortificada en el 1201 por Pedro II debido a su proximidad con la frontera con el reino de Navarra. Tanto Jaime I como Alfonso III realizaron ampliaciones en las obras de fortificación. En 1385 Pedro IV vendió la villa a Pedro Jordán de Urriés, pasando posteriormente por diversas manos, hasta que en 1610 era del monasterio de Leyre según Labañas, volviendo a manos reales en 1785. En 1833 estaba adscrita al corregimiento de las Cinco Villas. Fue abandonada en los años 60 debido a la construcción del embalse de Yesa.
De las fortificaciones que poseía esta villa sólo se conserva en la actualidad una de las tres puertas que se abrían en la muralla. Está protegida por una torre conocida como «de las Brujas», que tiene planta rectangular, de unos 6 por 4 metros de lado y unos 8 de altura, aunque se encuentra rebajada y sin remate. La puerta es en arco apuntado tanto al exterior como al interior, y ambos arcos están adovelados. Intramuros ha perdido parte del cuerpo superior, que hacia el exterior conserva algunas ménsulas que posiblemente sostenían el tejado.
Historia
Declaración. Siglo XXI, 2006-04-10
Bibliografía relacionada
Lugar de origen antiguo, seguramente romano, relacionado con la existencia de fuentes termales. En el siglo XI debió pertenecer al castillo de Ruesta, aunque sería fortificada en el 1201 por Pedro II debido a su proximidad con la frontera con el reino de Navarra. Tanto Jaime I como Alfonso III realizaron ampliaciones en las obras de fortificación. En 1385 Pedro IV vendió la villa a Pedro Jordán de Urriés, pasando posteriormente por diversas manos, hasta que en 1610 era del monasterio de Leyre según Labañas, volviendo a manos reales en 1785. En 1833 estaba adscrita al corregimiento de las Cinco Villas. Fue abandonada en los años 60 debido a la construcción del embalse de Yesa.
De las fortificaciones que poseía esta villa sólo se conserva en la actualidad una de las tres puertas que se abrían en la muralla. Está protegida por una torre conocida como «de las Brujas», que tiene planta rectangular, de unos 6 por 4 metros de lado y unos 8 de altura, aunque se encuentra rebajada y sin remate. La puerta es en arco apuntado tanto al exterior como al interior, y ambos arcos están adovelados. Intramuros ha perdido parte del cuerpo superior, que hacia el exterior conserva algunas ménsulas que posiblemente sostenían el tejado.