Torre de Conchel

El único resto del castillo de la localidad de Conchel que queda es esta torre de planta rectangular, de 8 por 5 metros y unos 10 de altura. Tras la reconquista de Conchel, seguramente a la vez que Monzón, Pedro I entregó a la iglesia de Santa María de esa población tanto la villa como el castillo, en el 1098. Posteriormente, pasaron al señorío del obispado de Lérida.

Queda en pie la mitad de la torre, partida en dos en altura. Quedan dos caras y los arranques de las otras dos. La torre ha perdido el remate, uno de sus lados mayores y parte de los dos menores. Está construida con buena sillería y su base presenta un talud separado del resto de la torre con una moldura. En las paredes presenta algunas aspilleras. En su interior y paralelo a uno de los lados menores conserva un aljibe rectangular que se cubría con una bóveda de cañón de la que quedan los arranques.

La primera planta apeó sobre bóveda de ladrillo que surge de una roza en la pared. Posee dos troneras circulares y una convencional de sección rectangular. La segunda planta pudo acoger la puerta de entrada al Este, en alto, percibiéndose el corte de un hueco de 1,2 metros de luz. La tercera planta posee tres aspilleras.