Residencia de don Francisco de Goya
El edificio situado en la plaza de San Miguel número 4 de Zaragoza cuenta con una placa conmemorativa junto a su portal de entrada, que pasa bastante inadvertida, en la que se lee «CASA DE GOYA. Arquitectura popular. Siglos XVIII-XIX».
Es la única casa que se ha conservado de las muchas que habitó la familia del pintor en Zaragoza entre los años 1747 y 1783, tal y como ha documentado el investigador José Luis Ona González, entre otros. Se trataba de una casa de alquiler bianual, dependiente de la parroquia de San Miguel, en cuya Matrícula constaba D. Joseph Goya como inquilino en el año 1769, constando ya un nuevo inquilino en la Matrícula de 1773. En consecuencia, la familia Goya habitó en este inmueble entre 1769 y 1771, es decir, de esta casa partió el pintor hacia Italia para completar su formación en un viaje que marcaría definitivamente su trayectoria profesional.
Formalmente se trata de un edificio entre medianeras con planta baja y tres alzadas, más un ático retranqueado sobre la cubierta. La planta baja presenta dos grandes accesos adintelados y un acabado que deja visto el ladrillo en la parte inferior, a modo de zócalo, y lo oculta bajo un enfoscado que imita un aplacado de piedra en la parte superior. Las tres plantas alzadas presentan dos balcones cada una y un revestimiento monocapa en tono amarillo con recercados en blanco en torno a los balcones. La cubierta a un agua es de teja cerámica árabe. Sin embargo, de nuevo gracias a las investigaciones de José Luis Ona González, se conoce que éste no fue el aspecto original del inmueble, ya que al menos en 1865 sufrió importantes transformaciones: conversión de las dos ventanas de la tercera planta en balcones, sustitución de la media caña del rafe por otro más sencillo, sustitución de los antepechos de los balcones de planta primera y segunda por «otros más modernos con dibujos en la parte baja», colocación de una bajante para el agua por la fachada y revoco de ésta con los colores aprobados por el Ayuntamiento. Además, en 1867 se ensanchó la puerta de la derecha para poder introducir en el patio un carruaje.
En conclusión, el aspecto original de la fachada en los tiempos en que fue habitada por la familia Goya debió ser bastante diferente, pero el hecho de que sea la única de sus viviendas conservadas en Zaragoza es suficientemente relevante para su inclusión en el Inventario del Patrimonio Cultural Aragonés.
Historia
Arrendamiento. Siglo XVIII, 1769 - 1771
Reforma. Siglo XIX, 1865 - 1867
Declaración. Siglo XXI, 2008
El edificio situado en la plaza de San Miguel número 4 de Zaragoza cuenta con una placa conmemorativa junto a su portal de entrada, que pasa bastante inadvertida, en la que se lee «CASA DE GOYA. Arquitectura popular. Siglos XVIII-XIX».
Es la única casa que se ha conservado de las muchas que habitó la familia del pintor en Zaragoza entre los años 1747 y 1783, tal y como ha documentado el investigador José Luis Ona González, entre otros. Se trataba de una casa de alquiler bianual, dependiente de la parroquia de San Miguel, en cuya Matrícula constaba D. Joseph Goya como inquilino en el año 1769, constando ya un nuevo inquilino en la Matrícula de 1773. En consecuencia, la familia Goya habitó en este inmueble entre 1769 y 1771, es decir, de esta casa partió el pintor hacia Italia para completar su formación en un viaje que marcaría definitivamente su trayectoria profesional.
Formalmente se trata de un edificio entre medianeras con planta baja y tres alzadas, más un ático retranqueado sobre la cubierta. La planta baja presenta dos grandes accesos adintelados y un acabado que deja visto el ladrillo en la parte inferior, a modo de zócalo, y lo oculta bajo un enfoscado que imita un aplacado de piedra en la parte superior. Las tres plantas alzadas presentan dos balcones cada una y un revestimiento monocapa en tono amarillo con recercados en blanco en torno a los balcones. La cubierta a un agua es de teja cerámica árabe. Sin embargo, de nuevo gracias a las investigaciones de José Luis Ona González, se conoce que éste no fue el aspecto original del inmueble, ya que al menos en 1865 sufrió importantes transformaciones: conversión de las dos ventanas de la tercera planta en balcones, sustitución de la media caña del rafe por otro más sencillo, sustitución de los antepechos de los balcones de planta primera y segunda por «otros más modernos con dibujos en la parte baja», colocación de una bajante para el agua por la fachada y revoco de ésta con los colores aprobados por el Ayuntamiento. Además, en 1867 se ensanchó la puerta de la derecha para poder introducir en el patio un carruaje.
En conclusión, el aspecto original de la fachada en los tiempos en que fue habitada por la familia Goya debió ser bastante diferente, pero el hecho de que sea la única de sus viviendas conservadas en Zaragoza es suficientemente relevante para su inclusión en el Inventario del Patrimonio Cultural Aragonés.