Puente giratorio para reversión de locomotoras de la estación de ferrocarril de Teruel
El puente de reversión de locomotoras conservado en la estación de ferrocarril en Teruel, en su extremo sur, fue encargado en 1932 por la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón, como parte de su proyecto de construcción de una línea ferroviaria de Caminreal a Zaragoza que permitiera una conexión directa entre la capital aragonesa y Valencia. Si bien el puente se encuentra actualmente aislado del conjunto de la estación, hasta 2009 formaba parte integral de la misma como infraestructura auxiliar, siendo su principal función la de cambiar el sentido de la marcha de las locomotoras una vez llegaban a destino, ya fuera por tracción humana o mecánica. Estos puentes también reciben la denominación de «placa giratoria» o de «revuelve-máquinas». Su diseño e instalación, que se culminó en 1933, se debió a La Maquinista Terrestre y Marítima (MTM), compañía barcelonesa creada en 1855 y que fue durante décadas la principal fabricante española de locomotoras, máquinas de vapor marinas y máquinas de vapor fijas para industria. El puente giratorio se compone de una estructura metálica conectada al viario y situada sobre un foso circular de obra pública. Responde a la tipología Vögele que, habitualmente, medía 23 metros de diámetro. Sin embargo, el ambicioso proyecto de la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón para esta línea y para la Estación de Teruel incluía la adquisición de un modelo de locomotoras de grandes dimensiones, que hizo necesario sobredimensionar los tres puentes que se instalarían en Zaragoza, Teruel y Valencia. Así, pues, la longitud del puente propiamente dicho es de 30 metros y la del foso circular correspondiente sobre el que se asienta es de 31 metros de diámetro.
Junto con los puentes desaparecidos de Zaragoza y Valencia, el puente giratorio de Teruel era y sigue siendo el de mayores dimensiones que se haya construido en España. El hecho de que sea el único ejemplo conservado de estas dimensiones, dentro de esta tipología, constituye una singularidad dentro del patrimonio industrial ferroviario no sólo de Aragón sino también de toda España. Es uno de los escasos testimonios conservados del patrimonio industrial de la ciudad y la provincia de Teruel. La iniciativa de su construcción testimonia el desarrollo económico e industrial de un periodo muy concreto de nuestra Comunidad Autónoma. Por último, sus inusuales dimensiones delatan, por un lado, la importancia y espíritu emprendedor de la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón y, por el otro, la existencia de un proyecto ambicioso de futuro para convertir Teruel en un importante nudo de comunicación de mercancías entre distintos puntos de actividad minera e industrial del país.
Historia
Declaración. Siglo XXI, 2017-02-07
El puente de reversión de locomotoras conservado en la estación de ferrocarril en Teruel, en su extremo sur, fue encargado en 1932 por la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón, como parte de su proyecto de construcción de una línea ferroviaria de Caminreal a Zaragoza que permitiera una conexión directa entre la capital aragonesa y Valencia. Si bien el puente se encuentra actualmente aislado del conjunto de la estación, hasta 2009 formaba parte integral de la misma como infraestructura auxiliar, siendo su principal función la de cambiar el sentido de la marcha de las locomotoras una vez llegaban a destino, ya fuera por tracción humana o mecánica. Estos puentes también reciben la denominación de «placa giratoria» o de «revuelve-máquinas». Su diseño e instalación, que se culminó en 1933, se debió a La Maquinista Terrestre y Marítima (MTM), compañía barcelonesa creada en 1855 y que fue durante décadas la principal fabricante española de locomotoras, máquinas de vapor marinas y máquinas de vapor fijas para industria. El puente giratorio se compone de una estructura metálica conectada al viario y situada sobre un foso circular de obra pública. Responde a la tipología Vögele que, habitualmente, medía 23 metros de diámetro. Sin embargo, el ambicioso proyecto de la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón para esta línea y para la Estación de Teruel incluía la adquisición de un modelo de locomotoras de grandes dimensiones, que hizo necesario sobredimensionar los tres puentes que se instalarían en Zaragoza, Teruel y Valencia. Así, pues, la longitud del puente propiamente dicho es de 30 metros y la del foso circular correspondiente sobre el que se asienta es de 31 metros de diámetro.
Junto con los puentes desaparecidos de Zaragoza y Valencia, el puente giratorio de Teruel era y sigue siendo el de mayores dimensiones que se haya construido en España. El hecho de que sea el único ejemplo conservado de estas dimensiones, dentro de esta tipología, constituye una singularidad dentro del patrimonio industrial ferroviario no sólo de Aragón sino también de toda España. Es uno de los escasos testimonios conservados del patrimonio industrial de la ciudad y la provincia de Teruel. La iniciativa de su construcción testimonia el desarrollo económico e industrial de un periodo muy concreto de nuestra Comunidad Autónoma. Por último, sus inusuales dimensiones delatan, por un lado, la importancia y espíritu emprendedor de la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón y, por el otro, la existencia de un proyecto ambicioso de futuro para convertir Teruel en un importante nudo de comunicación de mercancías entre distintos puntos de actividad minera e industrial del país.