Lienzos de la Sacristía de la Iglesia de San Gil Abad
La sacristía de la Iglesia de San Gil Abad de Zaragoza fue construida entre los años 1776 y 1779, se decoró con un fresco, obra de Ramón Bayeu y, en sus muros, destacan sietes pinturas sobre lienzo.
Estos siete lienzos de gran formato que decoran los muros de la sacristía se encuentran encastrados en la pared, enmarcados por molduras de yesería dorada.
Respecto a la autoría, Morales y María atribuye esta intervención a fray Manuel Bayeu, con la posible colaboración de Ramón Bayeu. No obstante, esta hipótesis parece en la actualidad descartada por los estudios llevados a cabo por el profesor Arturo Ansón, el cual apoya la idea de que estos lienzos fueron contratados a distintos pintores y no en el mismo momento.
Sin embargo, todos los lienzos tiene características comunes: Rasgos académicos, correcto dibujo, monumentalidad de la figura y sin grandes contrastes lumínicos ni cromáticos hasta el punto que, si los analizamos por partes (manos, rostro, pies, fondos…),
parece que un solo artista supervisara la obra.
La pincelada es fluida, sin empastes, con suaves transacciones de tonos. Es una pintura «terminada», con rostros simétricos, sin rasgos individuales, tan estereotipados como los fondos de paisaje con el horizonte bajo.
En resumen, son siete lienzos producto de las enseñanzas académicas, realizados en torno a 1800 sin que por el momento se pueda distinguir claramente el/los autor/es. Iconográficamente, representan los siguientes personajes: San Pedro (de 280 x 132 centímetros); Santa Fe (de 280 x 132 centímetros); San Lorenzo (de 280 x 132 centímetros); San Juan Bautista (de 280 x 132 centímetros); San Gil (de 243 x 162 centímetros); Cristo Crucificado (de dimensiones: 243 x 162 centímetros); y la Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago (de 243 x 162 centímetros).
Historia
Siglo XIX
- Neoclasicismo
Restauración. Siglo XX, 1999-09-09
Bibliografía relacionada
La sacristía de la Iglesia de San Gil Abad de Zaragoza fue construida entre los años 1776 y 1779, se decoró con un fresco, obra de Ramón Bayeu y, en sus muros, destacan sietes pinturas sobre lienzo.
Estos siete lienzos de gran formato que decoran los muros de la sacristía se encuentran encastrados en la pared, enmarcados por molduras de yesería dorada.
Respecto a la autoría, Morales y María atribuye esta intervención a fray Manuel Bayeu, con la posible colaboración de Ramón Bayeu. No obstante, esta hipótesis parece en la actualidad descartada por los estudios llevados a cabo por el profesor Arturo Ansón, el cual apoya la idea de que estos lienzos fueron contratados a distintos pintores y no en el mismo momento.
Sin embargo, todos los lienzos tiene características comunes: Rasgos académicos, correcto dibujo, monumentalidad de la figura y sin grandes contrastes lumínicos ni cromáticos hasta el punto que, si los analizamos por partes (manos, rostro, pies, fondos…),
parece que un solo artista supervisara la obra.
La pincelada es fluida, sin empastes, con suaves transacciones de tonos. Es una pintura «terminada», con rostros simétricos, sin rasgos individuales, tan estereotipados como los fondos de paisaje con el horizonte bajo.
En resumen, son siete lienzos producto de las enseñanzas académicas, realizados en torno a 1800 sin que por el momento se pueda distinguir claramente el/los autor/es. Iconográficamente, representan los siguientes personajes: San Pedro (de 280 x 132 centímetros); Santa Fe (de 280 x 132 centímetros); San Lorenzo (de 280 x 132 centímetros); San Juan Bautista (de 280 x 132 centímetros); San Gil (de 243 x 162 centímetros); Cristo Crucificado (de dimensiones: 243 x 162 centímetros); y la Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago (de 243 x 162 centímetros).
Historia
Siglo XIX
- Neoclasicismo