La Trashumancia en Aragón

Trashumancia en Aragón- Foto: Martín Latas
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La trashumancia es, en esencia, el traslado del ganado en busca de pastos guiado por pastores y ganaderos, actividad que constituye una manera de vivir dentro de una economía de subsistencia tradicional en la cual la interrelación del hombre y el medio bioclimático es completa. Este traslado del ganado (mayoritariamente ovino pero también equino, vacuno, etc…) en diferentes niveles de estancia temporal (corta, media y larga duración) afecta aspectos de la vida de los ganaderos, pastores y sus familias, regulando también las actividades del ciclo estacional anual y diario.

La actividad trashumante se originó en la Península Ibérica en tiempos remotos y su organización se consolidó en la Edad Media. En Aragón se organizó en fechas muy tempranas ya que, en 1218, el rey Jaime I nombró al primer Justicia de Ganaderos, institución singular que perduró hasta 1828 y, en 1229, el mismo monarca concedió Privilegios a la cofradía de San Simón y San Judas de Zaragoza (antiguo nombre de Casa Ganaderos).

Las instituciones relacionadas con la trashumancia en Aragón se denominan Mestas o Ligallos, y fueron controlados por los poderes de las comunidades de aldeas de Calatayud, Daroca, Teruel y Albarracín, interesados en la buena marcha de los rebaños. La Mesta de Albarracín junto con la Casa de Ganaderos de Zaragoza fueron las instituciones más importantes del Reino de Aragón. Por ellas los ganaderos disponían de una institución corporativa, vinculada a los poderes locales, encargada de regular las relaciones profesionales entre sus miembros, proteger los privilegios de pasto y garantizar las infraestructuras pecuarias, dando lugar a una rica y extensa normativa tanto escrita como consuetudinaria.

En Aragón la trashumancia, tanto interna como externa, ha articulado las relaciones entre la montaña y el llano, entre los Pirineos y el Valle del Ebro, así como entre las serranías ibéricas turolenses, con su entorno próximo y lejano: Levante, La Mancha y Andalucía, especialmente. Esto ha configurado un paisaje cultural específico articulando una tupida y extensa red de comunicaciones llamadas vías pecuarias, denominadas cabañeras en algunos lugares de Aragón, y ha dado lugar a diferentes construcciones arquitectónicas auxiliares. También ha supuesto un intercambio entre diferentes territorios de carácter económico, social y cultural de primer orden a lo largo de la historia, manifestado en las costumbres, la literatura oral, el lenguaje, las fiestas, las creencias, la música, el folclore, los juegos, la indumentaria y la gastronomía, así como en los numerosos oficios vinculados a la actividad trashumante.

Historia

Declaración. Siglo XXI, 2011-09-05

Declaración. Siglo XXI, 2023

El 6 de diciembre de 2023, la UNESCO declaró la trashumancia Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La candidatura internacional de la trashumancia, liderada por España, reconoce esta modalidad de pastoreo también en Albania, Andorra, Croacia, Francia, Luxemburgo y Rumanía y se suma así, al reconocimiento que ya disfrutaba en Austria, Grecia e Italia.

Bibliografía relacionada

Álvarez Belenchón, Diego.

Rutas de la trashumancia por la Sierra de Albarracín: a pie y en BTT,

Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín Tramacastilla (Teruel), 2009.

Argudo Périz, José Luis.

El régimen foral histórico aragonés sobre trashumancia ganadera y vías pecuarias,

IV Congreso nacional de derecho agrario, Madrid, 1994, pp. 323-333.

Castán Esteban, José Luis.

Pastores turolenses : historia de la trashumancia aragonesa en el Reino de Valencia durante la época foral moderna,

Rolde de Estudios Aragoneses, Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales (CEDDAR), Zaragoza, 2002.

Fernández Otal, José Antonio.

La Casa de Ganaderos de Zaragoza : derecho y trashumancia a fines del siglo XV,

Institución Fernando el Católico,Zaragoza, 1993.

Martínez, Javier (coord.).

Museo de la Trashumancia, Guadalaviar, Sierra de Albarracín (Teruel),

Museo de la Trashumancia, Departamento de Cultura y Turismo, Zaragoza, 2001.

Monesma, Eugenio (guión y dirección).

Los últimos trashumantes,

(DVD-video) Pyrene, Huesca, 2007.

Monesma, Eugenio (guión y dirección).

La trashumancia en el Pirineo,

(video) Pyrene, Huesca, 1991.

Rodríguez Pascual, Manuel.

La trashumancia : cultura, cañadas y viajes,

Edilesa, León, 2004.

La trashumancia es, en esencia, el traslado del ganado en busca de pastos guiado por pastores y ganaderos, actividad que constituye una manera de vivir dentro de una economía de subsistencia tradicional en la cual la interrelación del hombre y el medio bioclimático es completa. Este traslado del ganado (mayoritariamente ovino pero también equino, vacuno, etc…) en diferentes niveles de estancia temporal (corta, media y larga duración) afecta aspectos de la vida de los ganaderos, pastores y sus familias, regulando también las actividades del ciclo estacional anual y diario.

La actividad trashumante se originó en la Península Ibérica en tiempos remotos y su organización se consolidó en la Edad Media. En Aragón se organizó en fechas muy tempranas ya que, en 1218, el rey Jaime I nombró al primer Justicia de Ganaderos, institución singular que perduró hasta 1828 y, en 1229, el mismo monarca concedió Privilegios a la cofradía de San Simón y San Judas de Zaragoza (antiguo nombre de Casa Ganaderos).

Las instituciones relacionadas con la trashumancia en Aragón se denominan Mestas o Ligallos, y fueron controlados por los poderes de las comunidades de aldeas de Calatayud, Daroca, Teruel y Albarracín, interesados en la buena marcha de los rebaños. La Mesta de Albarracín junto con la Casa de Ganaderos de Zaragoza fueron las instituciones más importantes del Reino de Aragón. Por ellas los ganaderos disponían de una institución corporativa, vinculada a los poderes locales, encargada de regular las relaciones profesionales entre sus miembros, proteger los privilegios de pasto y garantizar las infraestructuras pecuarias, dando lugar a una rica y extensa normativa tanto escrita como consuetudinaria.

En Aragón la trashumancia, tanto interna como externa, ha articulado las relaciones entre la montaña y el llano, entre los Pirineos y el Valle del Ebro, así como entre las serranías ibéricas turolenses, con su entorno próximo y lejano: Levante, La Mancha y Andalucía, especialmente. Esto ha configurado un paisaje cultural específico articulando una tupida y extensa red de comunicaciones llamadas vías pecuarias, denominadas cabañeras en algunos lugares de Aragón, y ha dado lugar a diferentes construcciones arquitectónicas auxiliares. También ha supuesto un intercambio entre diferentes territorios de carácter económico, social y cultural de primer orden a lo largo de la historia, manifestado en las costumbres, la literatura oral, el lenguaje, las fiestas, las creencias, la música, el folclore, los juegos, la indumentaria y la gastronomía, así como en los numerosos oficios vinculados a la actividad trashumante.

Historia

Declaración. Siglo XXI, 2011-09-05

Declaración. Siglo XXI, 2023

El 6 de diciembre de 2023, la UNESCO declaró la trashumancia Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La candidatura internacional de la trashumancia, liderada por España, reconoce esta modalidad de pastoreo también en Albania, Andorra, Croacia, Francia, Luxemburgo y Rumanía y se suma así, al reconocimiento que ya disfrutaba en Austria, Grecia e Italia.

Bibliografía relacionada

Álvarez Belenchón, Diego.

Rutas de la trashumancia por la Sierra de Albarracín: a pie y en BTT,

Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín Tramacastilla (Teruel), 2009.

Argudo Périz, José Luis.

El régimen foral histórico aragonés sobre trashumancia ganadera y vías pecuarias,

IV Congreso nacional de derecho agrario, Madrid, 1994, pp. 323-333.

Castán Esteban, José Luis.

Pastores turolenses : historia de la trashumancia aragonesa en el Reino de Valencia durante la época foral moderna,

Rolde de Estudios Aragoneses, Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales (CEDDAR), Zaragoza, 2002.

Fernández Otal, José Antonio.

La Casa de Ganaderos de Zaragoza : derecho y trashumancia a fines del siglo XV,

Institución Fernando el Católico,Zaragoza, 1993.

Martínez, Javier (coord.).

Museo de la Trashumancia, Guadalaviar, Sierra de Albarracín (Teruel),

Museo de la Trashumancia, Departamento de Cultura y Turismo, Zaragoza, 2001.

Monesma, Eugenio (guión y dirección).

Los últimos trashumantes,

(DVD-video) Pyrene, Huesca, 2007.

Monesma, Eugenio (guión y dirección).

La trashumancia en el Pirineo,

(video) Pyrene, Huesca, 1991.

Rodríguez Pascual, Manuel.

La trashumancia : cultura, cañadas y viajes,

Edilesa, León, 2004.

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