Iglesia de Santa María

Esta iglesia sustituye a una iglesia anterior, cuya reforma se llevo a cabo entre 1514 y 1521 por Antonio de Sariñena. Su torre es uno de los más bellos ejemplos del mudéjar aragonés y fue realizada por Alonso de Leznes en el siglo XVI.

Su interior sigue una tipología muy habitual del mudéjar aragonés. La iglesia se estructura en torno a una sola nave central que se cubre con bóveda apuntada de crucería simple. No se conserva la cabecera original mudéjar ya que la reforma de Sariñena afectó a la cabecera y primer tramo de la iglesia. La cabecera nueva se completó con un retrato de Juan de Madrid que tampoco se conserva. De la planta mudéjar se pueden ver en la actualidad tres tramos con capillas entre los contrafuertes.

La torre se divide en dos cuerpos de diferente base: el inferior cuadrado y el superior octogonal. En el interior mantiene la estructura de alminar con machón central, una tipología muy común entre las torres mudéjares aragonesas. Su decoración la hace única. Presenta decoración mudéjar junto con gótica y renacentista en ladrillo. Los motivos mudéjares más destacados son el arco de medio punto entrecruzado. La parte superior, que sirve de cuerpo de campanas, se abre con arcos de medio punto para dejar pasar el sonido. Este cuerpo de campanas se cubre con una galería y chapitel con remates góticos. Acompaña, a esta decoración en ladrillo, decoración cerámica y azulejería de los alfares de Muel que le han valido el apelativo de «Torre de los Espejos».

Esta torre cuenta con una copia en el Pueblo Español de Barcelona.