Iglesia de San Miguel de Foces
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La iglesia de San Miguel de Foces es uno de los monumentos clave para comprender la Edad Media en el Alto Aragón y está a su vez considerado como el mejor ejemplo conservado en la Comunidad Autónoma de la época de transición del románico al gótico.
Se trata de una monumental iglesia, mandada construir en 1249 por el noble Don Ximeno de Foces dentro de sus posesiones y que serviría de panteón de familia. En 1259 la donó a la orden de San Juan del Hospital de Jerusalén junto al castillo y la villa de Foces. La iglesia es la única parte conservada del antiguo conjunto monástico, aunque se han localizado algunos vestigios arqueológicos del resto.
El templo tiene planta de cruz latina formada por una amplia nave de dos tramos, crucero muy desarrollado y cabecera de tres ábsides poligonales que, abiertos en arco apuntado a la nave, disponen de contrafuertes exteriores en los ángulos.
La nave se cubre con bóveda de cañón apuntado sobre fajones, los tres tramos del brazo del crucero con bóveda de crucería y los ábsides con bóvedas nervadas. Cada nervio apoya en capiteles labrados sobre columnas adosadas a los gruesos pilares. La iluminación proviene de las tres ventanas rasgadas en cada ábside, de medio punto en el central y apuntados en los laterales, y de cuatro rosetones calados, situados uno a los pies, otro en cada brazo del crucero y el último en la cabecera.
En los dos lados de los muros del crucero y en los dos que se disponen a lo largo de la nave del templo hay varios arcos ojivales, cuyos huecos estaban destinados a proteger sepulcros de grandes dimensiones. Sólo se conservan los sepulcros de los lados del crucero. En los del lado de la epístola guardan los estos de Don Ximeno de Foces y el de Don Atho de Foces.
Lo más notable del conjunto son las pinturas murales que ornamentan los huecos de los sepulcros aunque en origen debían cubrir el crucero en su totalidad con pasajes de la vida de la Virgen. Se datarían en torno a 1300 y se sitúan dentro del primer gótico de inspiración francesa, con policromía brillante. Las más interesantes corresponden a las tumbas de Don Ximeno y Don Atho de Foces. La pintura del sepulcro de Don Atho representa a Jesús crucificado con la Virgen y San Juan a los lados y en el registro inferior se disponen dos ángeles volando que conducen un alma al cielo. En el sepulcro de Don Ximeno también se representa a Cristo en la Cruz, esta vez con los apóstoles a los lados y sobre él, el Salvador sentado en un trono.
Al exterior, la iglesia tuvo tres portadas, de cuales hoy sólo es practicable la del muro meridional. Está cobijada por cuatro arquivoltas de medio punto decoradas con distintos motivos seriados (dientes de sierra, puntas de diamante y arquillos de herradura), que apoyan en columnas con los capiteles finamente tallados. Las puertas que hubo a los pies y en el lado del Evangelio están cegadas actualmente. En el ángulo noroccidental, la iglesia contaba con una torre, que fue posteriormente sustituida por una espadaña.
Historia
Construcción original. Siglo XIII - XIV
- Gótico
Según la tradición los caballeros de la Orden de San Juan fueron asesinados en la víspera de San Juan Bautista del año 1309 tras el asalto del convento. Tras esta trágica desaparición las fincas pasaron a otras manos lo que supuso con el tiempo la demolición del convento.
Declaración. Siglo XX - XXI
El Boletín Oficial de Aragón del día 27 de febrero de 2004 publica la Orden de 30 de enero de 2004, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que se completa la declaración originaria de Bien de Interés Cultural de la denominada «Iglesia de San Miguel de Foces» en Ibieca (Huesca), conforme a la Disposición Transitoria Primera de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, de Patrimonio Cultural Aragonés.
Restauración. Siglo XXI, 2002-01-01
Restauración. Siglo XXI
Bibliografía relacionada
La iglesia de San Miguel de Foces es uno de los monumentos clave para comprender la Edad Media en el Alto Aragón y está a su vez considerado como el mejor ejemplo conservado en la Comunidad Autónoma de la época de transición del románico al gótico.
Se trata de una monumental iglesia, mandada construir en 1249 por el noble Don Ximeno de Foces dentro de sus posesiones y que serviría de panteón de familia. En 1259 la donó a la orden de San Juan del Hospital de Jerusalén junto al castillo y la villa de Foces. La iglesia es la única parte conservada del antiguo conjunto monástico, aunque se han localizado algunos vestigios arqueológicos del resto.
El templo tiene planta de cruz latina formada por una amplia nave de dos tramos, crucero muy desarrollado y cabecera de tres ábsides poligonales que, abiertos en arco apuntado a la nave, disponen de contrafuertes exteriores en los ángulos.
La nave se cubre con bóveda de cañón apuntado sobre fajones, los tres tramos del brazo del crucero con bóveda de crucería y los ábsides con bóvedas nervadas. Cada nervio apoya en capiteles labrados sobre columnas adosadas a los gruesos pilares. La iluminación proviene de las tres ventanas rasgadas en cada ábside, de medio punto en el central y apuntados en los laterales, y de cuatro rosetones calados, situados uno a los pies, otro en cada brazo del crucero y el último en la cabecera.
En los dos lados de los muros del crucero y en los dos que se disponen a lo largo de la nave del templo hay varios arcos ojivales, cuyos huecos estaban destinados a proteger sepulcros de grandes dimensiones. Sólo se conservan los sepulcros de los lados del crucero. En los del lado de la epístola guardan los estos de Don Ximeno de Foces y el de Don Atho de Foces.
Lo más notable del conjunto son las pinturas murales que ornamentan los huecos de los sepulcros aunque en origen debían cubrir el crucero en su totalidad con pasajes de la vida de la Virgen. Se datarían en torno a 1300 y se sitúan dentro del primer gótico de inspiración francesa, con policromía brillante. Las más interesantes corresponden a las tumbas de Don Ximeno y Don Atho de Foces. La pintura del sepulcro de Don Atho representa a Jesús crucificado con la Virgen y San Juan a los lados y en el registro inferior se disponen dos ángeles volando que conducen un alma al cielo. En el sepulcro de Don Ximeno también se representa a Cristo en la Cruz, esta vez con los apóstoles a los lados y sobre él, el Salvador sentado en un trono.
Al exterior, la iglesia tuvo tres portadas, de cuales hoy sólo es practicable la del muro meridional. Está cobijada por cuatro arquivoltas de medio punto decoradas con distintos motivos seriados (dientes de sierra, puntas de diamante y arquillos de herradura), que apoyan en columnas con los capiteles finamente tallados. Las puertas que hubo a los pies y en el lado del Evangelio están cegadas actualmente. En el ángulo noroccidental, la iglesia contaba con una torre, que fue posteriormente sustituida por una espadaña.
Historia
Construcción original. Siglo XIII - XIV
- Gótico
Según la tradición los caballeros de la Orden de San Juan fueron asesinados en la víspera de San Juan Bautista del año 1309 tras el asalto del convento. Tras esta trágica desaparición las fincas pasaron a otras manos lo que supuso con el tiempo la demolición del convento.
Declaración. Siglo XX - XXI
El Boletín Oficial de Aragón del día 27 de febrero de 2004 publica la Orden de 30 de enero de 2004, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que se completa la declaración originaria de Bien de Interés Cultural de la denominada «Iglesia de San Miguel de Foces» en Ibieca (Huesca), conforme a la Disposición Transitoria Primera de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, de Patrimonio Cultural Aragonés.
Restauración. Siglo XXI, 2002-01-01
Restauración. Siglo XXI
Bibliografía relacionada
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Condiciones de acceso:
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