Fuerte de Santa Quiteria
En el año 1143, Ramón Berenguer dona el castillo de Monzón, ubicado en las cumbres del monte Santa Quiteria, también conocido como «La Muela» a los templarios. Aprovechando una colina de cota superior, los templarios, construyeron allí el Fuerte de Santa Quiteria, un recinto fortificado con recorrido norte a sur, próximo a los ríos Cinca y Sosa.
Se trata de una estructura defensiva que conserva mucha historia, pues a lo largo de los tiempos ha sido testigo de diferentes guerras y batallas, en las cuales Aragón ha estado involucrado, como: la Guerra de los Templarios, la Guerra de Secesión Catalana (1642-1643), la Guerra de Sucesión (1704-1711), la Guerra de la Independencia (1808-1814) y la Guerra Realista (1821-1823). Además, constituye un singular y escaso ejemplo del tipo de fortificación llamada de castillos exentos, que son castillos sin relación con un sistema fortificado complejo en torno a una ciudad. De este tipo de castillos exentos solamente se registran una docena en España, encontrándose entre ellos el conjunto abaluartado Castillo-Fuerte de Santa Quiteria de Monzón (Huesca).
La estratégica ubicación de este conjunto defensivo ha ido transformándose de fortificación medieval en fortificación adaptada a los nuevos tiempos de guerra. Los restos de este singular exponente de arquitectura abaluartada adaptada al terreno (1707-1800), pertenecen a una ambiciosa obra de Francisco Larrando de Mauleón, Mariscal de Campo e Ingeniero Director del Reino de Aragón. Además de ser uno de los mejores ingenieros españoles de Felipe V, Mauleón fue autor del importante tratado académico de poliorcética «Estoque de la Guerra y Arte Militar» (1699), pudiéndose constatar en el propio fuerte la aplicación de los principios teóricos de la defensa abaluartada.
El fuerte de Santa Quiteria ejercía de revellín al castillo y formaba parte del sistema defensivo de la frontera Pirenaica. La fortificación abaluartada se basa en precisos estudios matemáticos y geométricos, a partir de los cuales se proyectan muros, con diversos ángulos, flancos y elementos, que logran proteger a la edificación del fuego cruzado. Santa Quiteria presenta tipología de media estrella irregular adaptada al terreno, reforzando de esta forma, la capacidad de resistencia y defensa del Castillo.
La traza del fuerte consiste en una plataforma irregular, con una superficie no excesiva, adaptada al terreno.
Actualmente el fuerte se conserva con estructuras y volúmenes reducidos, que consisten en restos del foso y de las plantas de los edificios dispuestos sobre talud a modo de muralla, y restos de muro del sistema defensivo avanzado del castillo templario.
Historia
Declaración. Siglo XXI, 2023
En el año 1143, Ramón Berenguer dona el castillo de Monzón, ubicado en las cumbres del monte Santa Quiteria, también conocido como «La Muela» a los templarios. Aprovechando una colina de cota superior, los templarios, construyeron allí el Fuerte de Santa Quiteria, un recinto fortificado con recorrido norte a sur, próximo a los ríos Cinca y Sosa.
Se trata de una estructura defensiva que conserva mucha historia, pues a lo largo de los tiempos ha sido testigo de diferentes guerras y batallas, en las cuales Aragón ha estado involucrado, como: la Guerra de los Templarios, la Guerra de Secesión Catalana (1642-1643), la Guerra de Sucesión (1704-1711), la Guerra de la Independencia (1808-1814) y la Guerra Realista (1821-1823). Además, constituye un singular y escaso ejemplo del tipo de fortificación llamada de castillos exentos, que son castillos sin relación con un sistema fortificado complejo en torno a una ciudad. De este tipo de castillos exentos solamente se registran una docena en España, encontrándose entre ellos el conjunto abaluartado Castillo-Fuerte de Santa Quiteria de Monzón (Huesca).
La estratégica ubicación de este conjunto defensivo ha ido transformándose de fortificación medieval en fortificación adaptada a los nuevos tiempos de guerra. Los restos de este singular exponente de arquitectura abaluartada adaptada al terreno (1707-1800), pertenecen a una ambiciosa obra de Francisco Larrando de Mauleón, Mariscal de Campo e Ingeniero Director del Reino de Aragón. Además de ser uno de los mejores ingenieros españoles de Felipe V, Mauleón fue autor del importante tratado académico de poliorcética «Estoque de la Guerra y Arte Militar» (1699), pudiéndose constatar en el propio fuerte la aplicación de los principios teóricos de la defensa abaluartada.
El fuerte de Santa Quiteria ejercía de revellín al castillo y formaba parte del sistema defensivo de la frontera Pirenaica. La fortificación abaluartada se basa en precisos estudios matemáticos y geométricos, a partir de los cuales se proyectan muros, con diversos ángulos, flancos y elementos, que logran proteger a la edificación del fuego cruzado. Santa Quiteria presenta tipología de media estrella irregular adaptada al terreno, reforzando de esta forma, la capacidad de resistencia y defensa del Castillo.
La traza del fuerte consiste en una plataforma irregular, con una superficie no excesiva, adaptada al terreno.
Actualmente el fuerte se conserva con estructuras y volúmenes reducidos, que consisten en restos del foso y de las plantas de los edificios dispuestos sobre talud a modo de muralla, y restos de muro del sistema defensivo avanzado del castillo templario.