Fragmento de la tabla con la representación de la Resurrección procedente de Benabarre
Se trata de un fragmento perteneciente a una tabla de mayores dimensiones, tal y como demuestran las fotografías históricas conservadas, con la representación parcial de la escena de la Resurrección de Cristo pintada al temple con retoques al óleo, procedente de la iglesia de Benabarre.
Esta tabla pertenecía a su vez a un desparecido retablo cuya advocación y procedencia se desconocen, aunque está documentada su utilización como puerta lateral del retablo mayor de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Valdeflores de Benabarre antes de la Guerra Civil, momento en que el templo fue saqueado y la mayor parte de sus bienes muebles quemados.
Originalmente poseía doble altura que la actual, pero fue recortada aproximadamente por la mitad, dando lugar a una obra de formato apaisado cuya mazonería en madera tallada y dorada es en gran parte fruto de la reposición.
La composición original contenía una representación de Cristo resucitado saliendo del sepulcro y acompañado de cuatro soldados dormidos, dos delante del sepulcro y dos detrás. Actualmente, tras la mutilación de la pieza, los dos soldados de la parte inferior de la tabla han desaparecido, al igual que casi todo el sepulcro. Cristo aparece representado en actitud triunfante, bendiciendo con la diestra y sosteniendo con la izquierda un fino estandarte decorado con una cruz blanca sobre fondo rojo que ondea ligeramente como símbolo de su victoria sobre la muerte. Porta nimbo crucífero dorado y decorado con pequeños motivos incisos y viste perizonium y un fino manto blanquecino cerrado con un broche de orfebrería. Su figura es esbelta y su rostro presenta rasgos bastante definidos y expresivos, aspecto que denota un claro interés por parte del artista por individualizar a los personajes. Por otro lado, las figuras de los dos soldados conservados han sido completamente repintadas.
Presenta mazonería en madera tallada y dorada de tradición gótica con decoración vegetal en el arco conopial de remate. Dos pináculos laterales sobre pilastras laterales la enmarcan.
La obra se adscribe estilísticamente al gótico hispano flamenco, en el que destacan Juan de la Abadía, del que se conserva abundante obra y documentación y el propio Pedro García de Benabarre, pintor de retablos documentado en Aragón y Cataluña entre 1445 y 1485. Éste tuvo gran actividad gracias a la presencia en su taller de colaboradores y discípulos, que lo convirtieron en modelo a imitar haciendo que su estilo perdurase en el Alto Aragón oriental y en la provincia de Lérida hasta comienzos del s. XVI.
Historia
Siglo XV
Siglo XX
Siglo XXI
Declaración. Siglo XXI, 2009-10-18
Siglo XXI, 2014-10-01
Se trata de un fragmento perteneciente a una tabla de mayores dimensiones, tal y como demuestran las fotografías históricas conservadas, con la representación parcial de la escena de la Resurrección de Cristo pintada al temple con retoques al óleo, procedente de la iglesia de Benabarre.
Esta tabla pertenecía a su vez a un desparecido retablo cuya advocación y procedencia se desconocen, aunque está documentada su utilización como puerta lateral del retablo mayor de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Valdeflores de Benabarre antes de la Guerra Civil, momento en que el templo fue saqueado y la mayor parte de sus bienes muebles quemados.
Originalmente poseía doble altura que la actual, pero fue recortada aproximadamente por la mitad, dando lugar a una obra de formato apaisado cuya mazonería en madera tallada y dorada es en gran parte fruto de la reposición.
La composición original contenía una representación de Cristo resucitado saliendo del sepulcro y acompañado de cuatro soldados dormidos, dos delante del sepulcro y dos detrás. Actualmente, tras la mutilación de la pieza, los dos soldados de la parte inferior de la tabla han desaparecido, al igual que casi todo el sepulcro. Cristo aparece representado en actitud triunfante, bendiciendo con la diestra y sosteniendo con la izquierda un fino estandarte decorado con una cruz blanca sobre fondo rojo que ondea ligeramente como símbolo de su victoria sobre la muerte. Porta nimbo crucífero dorado y decorado con pequeños motivos incisos y viste perizonium y un fino manto blanquecino cerrado con un broche de orfebrería. Su figura es esbelta y su rostro presenta rasgos bastante definidos y expresivos, aspecto que denota un claro interés por parte del artista por individualizar a los personajes. Por otro lado, las figuras de los dos soldados conservados han sido completamente repintadas.
Presenta mazonería en madera tallada y dorada de tradición gótica con decoración vegetal en el arco conopial de remate. Dos pináculos laterales sobre pilastras laterales la enmarcan.
La obra se adscribe estilísticamente al gótico hispano flamenco, en el que destacan Juan de la Abadía, del que se conserva abundante obra y documentación y el propio Pedro García de Benabarre, pintor de retablos documentado en Aragón y Cataluña entre 1445 y 1485. Éste tuvo gran actividad gracias a la presencia en su taller de colaboradores y discípulos, que lo convirtieron en modelo a imitar haciendo que su estilo perdurase en el Alto Aragón oriental y en la provincia de Lérida hasta comienzos del s. XVI.