Ermita de la Virgen del Cid

La ermita de la Virgen del Cid se encuentra a unos cuarenta minutos de la localidad de La Iglesuela. La devoción a la Virgen del Cid se remonta a la Edad Media, cuando tuvo lugar un hecho milagroso al aparecerse a un pastor una imagen tallada de la Virgen justo en el lugar donde hoy se encuentra el santuario. Esta imagen de la Virgen dataría del siglo XII y se le llama del Cid porque según cuenta la tradición Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador la visitó en varias ocasiones.

La primera construcción sobre el lugar de la que tenemos noticias fue un templete funerario romano, fechado en el siglo I. Durante el siglo XIV o principios del XV se edifica la primera ermita, de estilo gótico, de menores dimensiones que la actual. En 1546 se efectuó una remodelación que amplió la ermita hacia el norte y transformó el ábside gótico, quedando una cabecera recta con girola central delante del altar y dos corredores enrejados que dan paso a la capilla situada detrás de la cabecera: la capilla dedicada al Santo Cristo Milagroso, que fue construida en 1728.

El interior de la ermita, sus muros y bóvedas, aparecen profusamente decorados con motivos pictóricos rococó, con formas vegetales y representaciones de angelotes pintados en vivos colores como naranjas, azules, verdes, o cremas y también unas cenefas realizadas en tonos grises y blancos.

El aspecto exterior de la ermita, construida en mampostería encalada y cantería, es bastante austero, destacando la portada de sillería situada en el muro de la Epístola. La cubierta de una vertiente con teja y alero sencillo.

El conjunto del Santuario de la Virgen del Cid está compuesto, además de por la ermita, por la hospedería, de los siglos XVI y XVIII y por la Fuente del Cid.