El Castellar

La zona de El Castellar, situada enfrente de la actual Torres de Berrellén, fue conquistada por Sancho Ramírez y su hijo Pedro I a finales del siglo XI. Se construyó el castillo y en su entorno fue creciendo una importante población, mientras que su iglesia era encomendada al obispado de Pamplona. Fue de propiedad real y estuvo implicado tanto en la prisión de doña Urraca, esposa de Alfonso I en 1111 como en la conquista de Zaragoza en 1118. Más tarde, en 1258 Jaime I lo concedió a García Pérez de Figueroles, empezando así su paso por numerosos señoríos privados, como los de los Luna, los Díez de Aux y finalmente los Cerdán en el siglo XV. En esta centuria parte de la población de Zaragoza estaba en contra de esta poderosa familia por lo que el castillo fue atacado y destruido, conllevando esto el definitivo abandono de la población.

Al otro lado del Ebro, en la margen izquierda se alzan los restos tanto del castillo como de la antigua población de El Castellar. Del castillo quedan algunos restos consistentes en muros de tapial y piedra, conservándose el arco de acceso, de medio punto. Más abajo se localizan las ruinas de algunas edificaciones de la población así como algunos lienzos de la muralla que rodeaba a ésta.

En el extremo opuesto al castillo se alza la ermita de El Castellar, que alberga la imagen de la Virgen del mismo nombre; este edificio, de reciente construcción, sustituye a la desaparecida iglesia de la antigua localidad, que estaba situada al lado del río y que se derrumbó en el siglo XIX.