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Zaragoza es la capital de la Comunidad Autónoma de Aragón y una de las principales ciudades de España en cuanto a población y economía se refiere. Está ubicada en el noreste peninsular, en el centro del Valle del Ebro y a unos 200 metros sobre el nivel del mar.

La ciudad conserva un importante conjunto monumental reflejo de sus más de dos mil años de historia, que da testimonio de las diferentes culturas que han habitado en ella y de la relevancia que ha tenido en determinados momentos desde su fundación a finales del siglo I a.C. Se conservan importantes monumentos repartidos a lo largo y ancho de la ciudad, pero es en el centro histórico donde se conserva el mayor número.

Es imprescindible en primer lugar, al hablar del patrimonio monumental de Zaragoza, citar los tres hitos más importantes de la ciudad que son la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, la Catedral de San Salvador y el Palacio de La Aljafería.

No obstante, se conservan otros ejemplos de gran valor e  interés que son muestra de los más diversos estilos artísticos. Por antigüedad hay que hacer referencia a los vestigios de época romana que la ciudad guarda, como las murallas romanas, el teatro, el foro, las termas o el puerto fluvial, que cuentan con sus propios museos. El característico arte mudéjar aragonés está representado por monumentos como La Aljafería, La Seo o la iglesia de San Pablo, declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO o las iglesias de Santa María Magdalena o San Gil.

Durante el Renacimiento, Zaragoza goza de gran riqueza y se hacen construir un gran número de palacios y casas para la nobleza de las que todavía, en el casco antiguo de la ciudad, se conservan abundantes ejemplos. Es el caso del Palacio de los Morlanes, el de don Pedro Martínez Luna, el de los condes de Sástago o el de don Lope. Entre los ejemplos de arquitectura civil renacentista sobresale el edificio de la Lonja, mientras que en arquitectura religiosa lo hace la iglesia de Santa Engracia con su magnífica portada.

Si en el siglo XVI la arquitectura civil fue protagonista, durante los siglos XVII y XVIII, la planta de Zaragoza va a experimentar un gran cambio, coincidiendo con el auge del barroco. Los edificios de carácter religioso y las plazas públicas van a renovar la imagen del núcleo urbano. La Basílica del Pilar es el más célebre de los edificios barrocos, aunque son notables también la iglesia del Real Seminario de San Carlos Borromeo, la Mantería, la iglesia de Santa Isabel y San Cayetano y la de Santiago el Mayor.

El neoclasicismo está representado en la ciudad por la Puerta del Carmen, la iglesia de San Fernando, el Palacio Arzobispal, la casa Tarín, el palacio de la familia Palafox o  la fuente de los Incrédulos.

Si nos adentramos ya en la segunda mitad del siglo XIX y en el siglo XX, en la ciudad se encuentran numerosos ejemplos de diferentes corrientes estilísticas, desde el Modernismo, muy presente en el paseo de Sagasta, en el Coso y en las calles Alfonso y Manifestación; el Historicismo del edificio de la Antigua Facultad de Medicina y Ciencias, del Palacio Larrinaga, la Plaza del Toros o la torre de la Cámara de Comercio; hasta el Racionalismo, en el Rincón de Goya, la Confederación Hidrográfica del Ebro o la antigua Delegación de Hacienda. Se conservan edificios construidos con motivo de la celebración de la Exposición Hispano-Francesa de 1908 como el Museo de Zaragoza, que alberga una importante colección, y la Escuela de Artes y Oficios y otros, como el Mercado Central, que se levantaron también a principios del siglo XX haciendo uso de los nuevos materiales de construcción de la época.

Con motivo de la celebración de la Exposición Internacional de 2008 se modificó sustancialmente la ribera del Ebro y el meandro de Ranillas, donde se ubican algunos de los monumentos más representativos de la Zaragoza contemporánea como el Pabellón Puente diseñado por la arquitecta británico-iraquí Zaha Hadid, la torre del Agua o el Palacio de Congresos.

En Zaragoza también se localizan una serie de monumentos en recuerdo a hechos históricos trascendentales y personas ilustres dentro de la historia de la ciudad y de Aragón. Además a los museos ya citados se añaden otros como el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano o el Museo Pablo Gargallo que completan la amplia revisión del arte aragonés desde la Prehistoria hasta el arte contemporáneo.

Historia

Los vestigios más antiguos de Zaragoza corresponden al poblado ibérico llamado Salduba o Salduie que estaba situada en los alrededores de la actual ciudad, en la margen izquierda del Ebro. Fueron los sedetanos quienes ocuparon este territorio. Se sabe que Salduie era una ciudad de cierta importancia que acuñaba su propia moneda.

Fundación. Siglo I a.C.

Tras un largo proceso de conquista y aculturación que comienza en el siglo II a.C., los romanos consiguen establecerse en el Valle del Ebro. Entre los años 19 al 15 a.C. Cesar Augusto funda la Colonia Caesaragusta para los licenciados de las legiones IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina tras las Guerras Cántabras. Se alza capital del Convento Jurídico Caesaraugustano, dentro de la provincia Tarraconense. Contaba con el título de Colonia Inmune, por lo que disfrutaba de algunos privilegios como el derecho de acuñar moneda y la exención del pago de impuestos.  El periodo de mayor apogeo de la colonia se dio durante los siglos I y II. En el siglo V la debilitación del poder imperial así como la invasión del Valle del Ebro por parte de pueblos bárbaros (suevos, vándalos y alanos), propiciaron una grave inestabilidad política.

Siglo V - VII

A finales del siglo V los visigodos cruzan los Pirineos y a partir de entonces se establecen Hispania. En el año 472 el conde Gauterico, por mandato de Eurico, conquistó Caesaraugusta. Con la conversión del monarca visigodo Recaredo al catolicismo en 587, Zaragoza se convirtió en sede episcopal, y junto a Tarazona y Huesca rigieron la vida política y cultural del Valle del Ebro. La ciudad vivió un periodo de esplendor sobre todo con el obispo Braulio en el segundo cuarto del siglo VII y con la celebración del III Concilio en 691. El esplendor zaragozano sin embargo contrasta con el deterioro de otros núcleos urbanos que se van ruralizando poco a poco y en el siglo VII, la crisis del estado visigodo es patente.

Siglo VIII - XI

En la primavera del año 714 las tropas musulmanas de Muza Ibn Musayr someten a la ciudad, que pasa a formar parte del Califato omeya de Damasco y del, por entonces, Emirato Dependiente de Córdoba, siendo capital de la Marca Superior de Al Andalus. A principios del siglo XI tras la caída del Califato cordobés, la ciudad se erige como capital del reino independiente o taifa de Saraqusta. Empieza entonces un periodo de máximo esplendor que se deja ver en el desarrollo de las artes pero sobre todo en el cultivo de las matemáticas, la astronomía y la filosofía que convierten a Medina Albaida Sarakosta en uno de los centros más importantes de occidente en la materia y en el que destacan figuras como la del filósofo Avempace. En esta época y durante la Edad Media Zaragoza es un crisol de culturas, en ella conviven las tres grandes civilizaciones mediterráneas: la musulmana, la judía y la cristiana.

Siglo XII

En 1118, la ciudad fue conquistada a los musulmanes por el monarca Alfonso I el Batallador con la ayuda de cruzados franceses y órdenes militares. Se convirtió en capital del reino aragonés con Alfonso II, hijo de Petronila de Aragón y del conde Ramón Berenguer IV de Barcelona. Se construyen nuevos barrios cristianos como el de San Pablo y se levanta La Seo sobre la antigua mezquita; este templo es de gran importancia ya que en él se coronaban los reyes y se celebraban las Cortes. Durante la Edad Media la población se ve mermada en ocasiones por epidemias como la peste negra en 1348-1349.

Siglo XV

Bajo Fernando I, que pertenecía a la Casa de Trastámara, la ciudad alcanzó un apogeo que hizo brotar el espíritu humanista propio del Renacimiento aragonés. Tras la unificación de España, Zaragoza fue sede del virreinato aragonés y en ella se construyeron numerosos palacios, monumentos y templos.

Siglo XVI

En el año 1591, durante el reinado de Felipe II, tiene lugar un triste episodio dentro de la historia de la ciudad: el enfrentamiento del Justicia Juan de Lanuza con el monarca por el proceso a Antonio Pérez. Los hechos tuvieron como desenlace la pena de muerte para el Justicia, decapitado en la Plaza de Aragón justo donde se levanta el monumento a su memoria, y la pérdida de antiguos derechos y privilegios de los que gozaba Aragón.

Siglo XVIII

En 1700 con la subida al trono de Felipe V perteneciente a la dinastía borbónica se derogaron los Fueros y Privilegios del antiguo Reino. Pese a esto, durante el último tercio del siglo XVIII, Zaragoza se convierte en un importante foco socio-económico y cultural y se crean instituciones como la Real Sociedad Económica Aragonesa y de Amigos del País y la Real Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza.

Siglo XIX

Durante la invasión de España por los ejércitos de Napoleón, sufrió dos terribles asedios en 1808 y 1809, que han pasado a la historia como los Sitios de Zaragoza. Los Sitios son uno de los capítulos más destacados de la historia de la ciudad. Es célebre la resistencia de los ciudadanos frente a las tropas francesas, y son célebres de igual modo dos de los héroes locales que participaron en la lucha: el General Palafox y Agustina de Aragón. No obstante, las consecuencias de los Sitios fueron devastadoras; la población se vio reducida de 55.000 habitantes a 12.000 y la ciudad fue prácticamente destruida.

Siglo XX

Tras las desastrosas secuelas de la guerra, a lo largo del siglo XIX, se persiguió la recuperación del antiguo esplendor de gran ciudad que Zaragoza tenía; éste se fue consolidando en los primeros años del siglo XX y cristalizó en la Exposición Hispano-Francesa de 1908-1909. Durante el pasado siglo XX, numerosos fueron los acontecimientos que marcaron el devenir de la ciudad; la Guerra Civil, como en el resto de Aragón,  fue sin duda uno de ellos.

Declaración. Siglo XX - XXI

Desde finales del siglo XX se han acometido numerosas reformas en la ciudad. Desde el punto de vista monumental, son muchos los edificios históricos que han sido restaurados o rehabilitados, tanto por iniciativa pública como privada. El interés por la conservación y la protección del patrimonio histórico llevó a la aprobación y publicación del Decreto 11/2003, de 14 de enero, del Gobierno de Aragón, por el que se declaraba Bien de Interés Cultural, en la figura de conjunto Histórico, el Centro Histórico de la ciudad de Zaragoza.

Declaración. Siglo XXI, 2014-05-09

El 18 de julio de 2014 se publica en el BOA el Decreto 107/2014, de 24 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se declaran ocho edificios de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008 como Bienes de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

Bibliografía relacionada

AGUAROD, CARMEN.

Historia de Zaragoza. La Arqueología de Zaragoza en la Antigüedad tardía,

Colección Historia de Zaragoza nº 4, Ayuntamiento de Zaragoza, CAI, Zaragoza, 1997.

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Zaragoza cristiana (1118-1336),

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ARMILLAS VICENTE, JOSÉ A.

La guerra de la Independencia y los Sitios,

Colección Historia de Zaragoza nº 11, Ayuntamiento de Zaragoza, CAI, Zaragoza, 1998.

ARRUE UGARTE, BEGOÑA, BORRÁS GUALIS, GONZALO M. (dir.).

Inventario artístico de Zaragoza y su provincia,

Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Madrid, 1990-1991.

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Colección Historia de Zaragoza nº 2, Ayuntamiento de Zaragoza, CAI, Zaragoza, 1997.

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Colección Historia de Zaragoza nº 12, Ayuntamiento de Zaragoza, CAI, Zaragoza, 1998.

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Lunwerg Editores, Barcelona, 2005.

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SALAS AUSÉNS, JOSÉ ANTONIO; JARQUE, ENCARNA y REDONDO, GUILLERMO.

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Colección Historia de Zaragoza nº 9, Ayuntamiento de Zaragoza, CAI, Zaragoza, 1998.

SERRANO MARTÍN, ELISEO.

Zaragoza con los Austrias mayores (siglo XVI),

Colección Historia de Zaragoza nº 8, Ayuntamiento de Zaragoza, CAI, Zaragoza, 1997.

Zaragoza es la capital de la Comunidad Autónoma de Aragón y una de las principales ciudades de España en cuanto a población y economía se refiere. Está ubicada en el noreste peninsular, en el centro del Valle del Ebro y a unos 200 metros sobre el nivel del mar.

La ciudad conserva un importante conjunto monumental reflejo de sus más de dos mil años de historia, que da testimonio de las diferentes culturas que han habitado en ella y de la relevancia que ha tenido en determinados momentos desde su fundación a finales del siglo I a.C. Se conservan importantes monumentos repartidos a lo largo y ancho de la ciudad, pero es en el centro histórico donde se conserva el mayor número.

Es imprescindible en primer lugar, al hablar del patrimonio monumental de Zaragoza, citar los tres hitos más importantes de la ciudad que son la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, la Catedral de San Salvador y el Palacio de La Aljafería.

No obstante, se conservan otros ejemplos de gran valor e  interés que son muestra de los más diversos estilos artísticos. Por antigüedad hay que hacer referencia a los vestigios de época romana que la ciudad guarda, como las murallas romanas, el teatro, el foro, las termas o el puerto fluvial, que cuentan con sus propios museos. El característico arte mudéjar aragonés está representado por monumentos como La Aljafería, La Seo o la iglesia de San Pablo, declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO o las iglesias de Santa María Magdalena o San Gil.

Durante el Renacimiento, Zaragoza goza de gran riqueza y se hacen construir un gran número de palacios y casas para la nobleza de las que todavía, en el casco antiguo de la ciudad, se conservan abundantes ejemplos. Es el caso del Palacio de los Morlanes, el de don Pedro Martínez Luna, el de los condes de Sástago o el de don Lope. Entre los ejemplos de arquitectura civil renacentista sobresale el edificio de la Lonja, mientras que en arquitectura religiosa lo hace la iglesia de Santa Engracia con su magnífica portada.

Si en el siglo XVI la arquitectura civil fue protagonista, durante los siglos XVII y XVIII, la planta de Zaragoza va a experimentar un gran cambio, coincidiendo con el auge del barroco. Los edificios de carácter religioso y las plazas públicas van a renovar la imagen del núcleo urbano. La Basílica del Pilar es el más célebre de los edificios barrocos, aunque son notables también la iglesia del Real Seminario de San Carlos Borromeo, la Mantería, la iglesia de Santa Isabel y San Cayetano y la de Santiago el Mayor.

El neoclasicismo está representado en la ciudad por la Puerta del Carmen, la iglesia de San Fernando, el Palacio Arzobispal, la casa Tarín, el palacio de la familia Palafox o  la fuente de los Incrédulos.

Si nos adentramos ya en la segunda mitad del siglo XIX y en el siglo XX, en la ciudad se encuentran numerosos ejemplos de diferentes corrientes estilísticas, desde el Modernismo, muy presente en el paseo de Sagasta, en el Coso y en las calles Alfonso y Manifestación; el Historicismo del edificio de la Antigua Facultad de Medicina y Ciencias, del Palacio Larrinaga, la Plaza del Toros o la torre de la Cámara de Comercio; hasta el Racionalismo, en el Rincón de Goya, la Confederación Hidrográfica del Ebro o la antigua Delegación de Hacienda. Se conservan edificios construidos con motivo de la celebración de la Exposición Hispano-Francesa de 1908 como el Museo de Zaragoza, que alberga una importante colección, y la Escuela de Artes y Oficios y otros, como el Mercado Central, que se levantaron también a principios del siglo XX haciendo uso de los nuevos materiales de construcción de la época.

Con motivo de la celebración de la Exposición Internacional de 2008 se modificó sustancialmente la ribera del Ebro y el meandro de Ranillas, donde se ubican algunos de los monumentos más representativos de la Zaragoza contemporánea como el Pabellón Puente diseñado por la arquitecta británico-iraquí Zaha Hadid, la torre del Agua o el Palacio de Congresos.

En Zaragoza también se localizan una serie de monumentos en recuerdo a hechos históricos trascendentales y personas ilustres dentro de la historia de la ciudad y de Aragón. Además a los museos ya citados se añaden otros como el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano o el Museo Pablo Gargallo que completan la amplia revisión del arte aragonés desde la Prehistoria hasta el arte contemporáneo.

Historia

Los vestigios más antiguos de Zaragoza corresponden al poblado ibérico llamado Salduba o Salduie que estaba situada en los alrededores de la actual ciudad, en la margen izquierda del Ebro. Fueron los sedetanos quienes ocuparon este territorio. Se sabe que Salduie era una ciudad de cierta importancia que acuñaba su propia moneda.

Fundación. Siglo I a.C.

Tras un largo proceso de conquista y aculturación que comienza en el siglo II a.C., los romanos consiguen establecerse en el Valle del Ebro. Entre los años 19 al 15 a.C. Cesar Augusto funda la Colonia Caesaragusta para los licenciados de las legiones IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina tras las Guerras Cántabras. Se alza capital del Convento Jurídico Caesaraugustano, dentro de la provincia Tarraconense. Contaba con el título de Colonia Inmune, por lo que disfrutaba de algunos privilegios como el derecho de acuñar moneda y la exención del pago de impuestos.  El periodo de mayor apogeo de la colonia se dio durante los siglos I y II. En el siglo V la debilitación del poder imperial así como la invasión del Valle del Ebro por parte de pueblos bárbaros (suevos, vándalos y alanos), propiciaron una grave inestabilidad política.

Siglo V - VII

A finales del siglo V los visigodos cruzan los Pirineos y a partir de entonces se establecen Hispania. En el año 472 el conde Gauterico, por mandato de Eurico, conquistó Caesaraugusta. Con la conversión del monarca visigodo Recaredo al catolicismo en 587, Zaragoza se convirtió en sede episcopal, y junto a Tarazona y Huesca rigieron la vida política y cultural del Valle del Ebro. La ciudad vivió un periodo de esplendor sobre todo con el obispo Braulio en el segundo cuarto del siglo VII y con la celebración del III Concilio en 691. El esplendor zaragozano sin embargo contrasta con el deterioro de otros núcleos urbanos que se van ruralizando poco a poco y en el siglo VII, la crisis del estado visigodo es patente.

Siglo VIII - XI

En la primavera del año 714 las tropas musulmanas de Muza Ibn Musayr someten a la ciudad, que pasa a formar parte del Califato omeya de Damasco y del, por entonces, Emirato Dependiente de Córdoba, siendo capital de la Marca Superior de Al Andalus. A principios del siglo XI tras la caída del Califato cordobés, la ciudad se erige como capital del reino independiente o taifa de Saraqusta. Empieza entonces un periodo de máximo esplendor que se deja ver en el desarrollo de las artes pero sobre todo en el cultivo de las matemáticas, la astronomía y la filosofía que convierten a Medina Albaida Sarakosta en uno de los centros más importantes de occidente en la materia y en el que destacan figuras como la del filósofo Avempace. En esta época y durante la Edad Media Zaragoza es un crisol de culturas, en ella conviven las tres grandes civilizaciones mediterráneas: la musulmana, la judía y la cristiana.

Siglo XII

En 1118, la ciudad fue conquistada a los musulmanes por el monarca Alfonso I el Batallador con la ayuda de cruzados franceses y órdenes militares. Se convirtió en capital del reino aragonés con Alfonso II, hijo de Petronila de Aragón y del conde Ramón Berenguer IV de Barcelona. Se construyen nuevos barrios cristianos como el de San Pablo y se levanta La Seo sobre la antigua mezquita; este templo es de gran importancia ya que en él se coronaban los reyes y se celebraban las Cortes. Durante la Edad Media la población se ve mermada en ocasiones por epidemias como la peste negra en 1348-1349.

Siglo XV

Bajo Fernando I, que pertenecía a la Casa de Trastámara, la ciudad alcanzó un apogeo que hizo brotar el espíritu humanista propio del Renacimiento aragonés. Tras la unificación de España, Zaragoza fue sede del virreinato aragonés y en ella se construyeron numerosos palacios, monumentos y templos.

Siglo XVI

En el año 1591, durante el reinado de Felipe II, tiene lugar un triste episodio dentro de la historia de la ciudad: el enfrentamiento del Justicia Juan de Lanuza con el monarca por el proceso a Antonio Pérez. Los hechos tuvieron como desenlace la pena de muerte para el Justicia, decapitado en la Plaza de Aragón justo donde se levanta el monumento a su memoria, y la pérdida de antiguos derechos y privilegios de los que gozaba Aragón.

Siglo XVIII

En 1700 con la subida al trono de Felipe V perteneciente a la dinastía borbónica se derogaron los Fueros y Privilegios del antiguo Reino. Pese a esto, durante el último tercio del siglo XVIII, Zaragoza se convierte en un importante foco socio-económico y cultural y se crean instituciones como la Real Sociedad Económica Aragonesa y de Amigos del País y la Real Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza.

Siglo XIX

Durante la invasión de España por los ejércitos de Napoleón, sufrió dos terribles asedios en 1808 y 1809, que han pasado a la historia como los Sitios de Zaragoza. Los Sitios son uno de los capítulos más destacados de la historia de la ciudad. Es célebre la resistencia de los ciudadanos frente a las tropas francesas, y son célebres de igual modo dos de los héroes locales que participaron en la lucha: el General Palafox y Agustina de Aragón. No obstante, las consecuencias de los Sitios fueron devastadoras; la población se vio reducida de 55.000 habitantes a 12.000 y la ciudad fue prácticamente destruida.

Siglo XX

Tras las desastrosas secuelas de la guerra, a lo largo del siglo XIX, se persiguió la recuperación del antiguo esplendor de gran ciudad que Zaragoza tenía; éste se fue consolidando en los primeros años del siglo XX y cristalizó en la Exposición Hispano-Francesa de 1908-1909. Durante el pasado siglo XX, numerosos fueron los acontecimientos que marcaron el devenir de la ciudad; la Guerra Civil, como en el resto de Aragón,  fue sin duda uno de ellos.

Declaración. Siglo XX - XXI

Desde finales del siglo XX se han acometido numerosas reformas en la ciudad. Desde el punto de vista monumental, son muchos los edificios históricos que han sido restaurados o rehabilitados, tanto por iniciativa pública como privada. El interés por la conservación y la protección del patrimonio histórico llevó a la aprobación y publicación del Decreto 11/2003, de 14 de enero, del Gobierno de Aragón, por el que se declaraba Bien de Interés Cultural, en la figura de conjunto Histórico, el Centro Histórico de la ciudad de Zaragoza.

Declaración. Siglo XXI, 2014-05-09

El 18 de julio de 2014 se publica en el BOA el Decreto 107/2014, de 24 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se declaran ocho edificios de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008 como Bienes de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

Bibliografía relacionada

AGUAROD, CARMEN.

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Zaragoza cristiana (1118-1336),

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Lunwerg Editores, Barcelona, 2005.

RINCÓN GARCÍA, WIFREDO.

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SERRANO MARTÍN, ELISEO.

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976201200 turismo@zaragoza.es

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