Yacimiento arqueológico «Lepida Celsa»
Acceso
Horario
Martes a domingo de 9 a 13 h.
Miércoles y jueves de 9 a 13 h y de 16 a 18 h.
Cerrado: lunes. 1, 2 y 6 de enero; 1, 2 y 23 de abril; 15 de agosto; 12 de octubre; 24, 25, 26 y 31 de diciembre
Accesibilidad:
La Colonia Celsa situada en la localidad de Eras de Velilla de Ebro es una colonia romana cuya fundación se data en el año 48 a.C. bajo la denominación Victrix Iulia Lepida o Colonia Victrix Iulia Celsa. El yacimiento «Lepida Celsa», correspondiente a la Colonia Iulis Uictrix Lepida y a la antigua ciudad ibérica de Kelse, constituye una de las zonas arqueológicas de esta cronología más importante e interesante de toda la Comunidad Autónoma de Aragón. Las primeras noticias sobre la presencia de este importante yacimiento arqueológico se remontan hasta la Edad Media; ya en 1435 hay noticias de la aparición de monedas, estatuas y mosaicos que fueron estudiados y publicados en los escritos de P. Risco, Zurita, C. Bermúdez y Labaña.
Es todavía incierta la localización del oppidum ibérico de Kelse. El estudio topográfico del asentamiento parece indicar las altas posibilidades del cabezo que queda al este del actual casco urbano de Velilla de Ebro y que sustenta la iglesia de San Nicolás. Poco es lo que se conoce del origen de esta ciudad, citada ya por Ptolomeo, aunque con toda seguridad se puede llevar su existencia al siglo IV a.C.
La fundación de esta colonia se debe a Marco Emilio Lepido en el año 44 a.C., quien crea una ciudad en las inmediaciones y sobre una ciudad ibérica preexistente, Kelse, con el nombre de Colonia Iulia Uictrix Lepida. Tras caer en desgracia Lepido, hacia el 36 a.C., la ciudad cambió su nombre por el de Colonia Iulia Uictrix Celsa, latinizando el nombre de la antigua ciudad ibérica. Fue la primera fundación en el valle del Ebro de una Colonia Inmune de ciudadanos libres romanos. La vida de la ciudad fue relativamente breve, ya que hacia el 70 d.C. se abandonó, debido en gran medida al auge de Caesaraugusta, aunque no hay que dejar de lado los acontecimientos convulsos en el contexto del relevo de la familia imperial del 68 d.C., en gran medida todavía desconocidos. Su ubicación favoreció que se convirtiera en un importante punto estratégico militar y comercial. Llegó a contar con una población de 3.500 personas formada por emigrantes itálicos, clientes de César y Pompeyo, y aristocracias indígenas.
Delimitación
El yacimiento se halla en una zona delimitada por la desembocadura de dos de los barrancos habitualmente secos que drenan la zona de yesos situada al norte del río Ebro, en esta zona de la provincia de Zaragoza. Tiene una extensión de 44 hectáreas, estructuradas por dos ejes paralelos y perpendiculares al Ebro. Al norte, el yacimiento aparece delimitado por el marcado Barranco de la Cerrada, que provoca fuertes desniveles y encauza actualmente la carretera de acceso al casco urbano de Velilla de Ebro. Al sur, un barranco, mucho menos marcado, parece marcar el final del yacimiento. De hecho la erosión en esta vertiente ha dejado a la luz varios muros y estructuras. Al este, el yacimiento está delimitado por un foso defensivo, ocupado actualmente por un campo de labor, que discurre a los pies de la elevación que acoge actualmente la ermita de San José. Al oeste, la colonia romana sobrepasa el cabezo que acogió a la ciudad ibérica y se extiende bajo el actual casco urbano de la localidad, tal y como han puesto de manifiesto recientes intervenciones arqueológicas. En concreto, en 2005 se localizó y documento un muro de cronología romana y grandes dimensiones en el solar de la plaza de la Iglesia, interpretado como un muro de contención de tierras para urbanizar la zona. La colonia romana aparece de este modo abierta hacia el río Ebro, sin duda la vía de comunicación que da sentido a esta ciudad antigua.
Excavaciones
Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz parte de la trama urbana, exhumando varios viales en excepcional estado de conservación. Las calles aparecen empedradas y ordenadas siguiendo el relieve del terreno. La evacuación de aguas al parecer se hizo por la superficie, sin que se hayan localizado cloacas bajo sus pavimentos. Ciertas ínsulas se protegieron del tráfico mediante metae en las esquinas y en los accesos a las viviendas. Se han descubierto tramos importantes del cardo I y del decumano I, orientados a los puntos cardinales. El cardo, de siete metros de anchura, muestra una vertiente central para la conducción de las aguas, y evidencia un abandono parcial antes del definitivo. El tramo del decumano, de casi nueve metros de anchura, con amplias aceras y profundo desnivel, debió utilizarse durante casi toda la vida de la colonia.
A lo largo de toda la superficie del yacimiento afloran estructuras de cronología romana que, en algunos casos, han servido de apoyo y cimiento a estructuras posteriores, como es el caso de la iglesia de San Nicolás, que apoya parcialmente en muros y estructuras de factura romana.
Se han excavado varios inmuebles residenciales de gran interés, como la Insula I denominada casa de los delfines, la Insula II, donde sobresale un pequeño macellum con acceso directo desde la calle, o la Insula III que se encuentra ocupada por tres casas, conocidas bajo los nombres de la casa de hércules, la casa del emblema blanco y negro, y la casa de la tortuga.
Gracias a la excavación de este yacimiento conocemos parte de su arquitectura doméstica formada por casas de atrio testudinado o de atrio toscano, un mercado, una panadería completa, almacenes, un restaurante, aljibes y el lugar dónde se localizaba la necrópolis. Es un yacimiento clave para el estudio de la terra sigillata itálica. De su excavación provienen importantes bienes como lucernas, ánforas y objetos de vidrio y metal muy variados y realizados con técnicas diversas.
Historia
- Protohistoria - Antigüedad
- Hierro II
- Ibérico Tardío - Tardo republicano
- Ciudad
- Protohistoria - Antigüedad
- Alto Imperio
- Augusto, Julio-Claudios y Flavios / Antoninos y Severos
- Romano
Excavación arqueológica
Musealización. Siglo XX, 1997
Declaración. Siglo XX - XXI
Bibliografía relacionada
La Colonia Celsa situada en la localidad de Eras de Velilla de Ebro es una colonia romana cuya fundación se data en el año 48 a.C. bajo la denominación Victrix Iulia Lepida o Colonia Victrix Iulia Celsa. El yacimiento «Lepida Celsa», correspondiente a la Colonia Iulis Uictrix Lepida y a la antigua ciudad ibérica de Kelse, constituye una de las zonas arqueológicas de esta cronología más importante e interesante de toda la Comunidad Autónoma de Aragón. Las primeras noticias sobre la presencia de este importante yacimiento arqueológico se remontan hasta la Edad Media; ya en 1435 hay noticias de la aparición de monedas, estatuas y mosaicos que fueron estudiados y publicados en los escritos de P. Risco, Zurita, C. Bermúdez y Labaña.
Es todavía incierta la localización del oppidum ibérico de Kelse. El estudio topográfico del asentamiento parece indicar las altas posibilidades del cabezo que queda al este del actual casco urbano de Velilla de Ebro y que sustenta la iglesia de San Nicolás. Poco es lo que se conoce del origen de esta ciudad, citada ya por Ptolomeo, aunque con toda seguridad se puede llevar su existencia al siglo IV a.C.
La fundación de esta colonia se debe a Marco Emilio Lepido en el año 44 a.C., quien crea una ciudad en las inmediaciones y sobre una ciudad ibérica preexistente, Kelse, con el nombre de Colonia Iulia Uictrix Lepida. Tras caer en desgracia Lepido, hacia el 36 a.C., la ciudad cambió su nombre por el de Colonia Iulia Uictrix Celsa, latinizando el nombre de la antigua ciudad ibérica. Fue la primera fundación en el valle del Ebro de una Colonia Inmune de ciudadanos libres romanos. La vida de la ciudad fue relativamente breve, ya que hacia el 70 d.C. se abandonó, debido en gran medida al auge de Caesaraugusta, aunque no hay que dejar de lado los acontecimientos convulsos en el contexto del relevo de la familia imperial del 68 d.C., en gran medida todavía desconocidos. Su ubicación favoreció que se convirtiera en un importante punto estratégico militar y comercial. Llegó a contar con una población de 3.500 personas formada por emigrantes itálicos, clientes de César y Pompeyo, y aristocracias indígenas.
Delimitación
El yacimiento se halla en una zona delimitada por la desembocadura de dos de los barrancos habitualmente secos que drenan la zona de yesos situada al norte del río Ebro, en esta zona de la provincia de Zaragoza. Tiene una extensión de 44 hectáreas, estructuradas por dos ejes paralelos y perpendiculares al Ebro. Al norte, el yacimiento aparece delimitado por el marcado Barranco de la Cerrada, que provoca fuertes desniveles y encauza actualmente la carretera de acceso al casco urbano de Velilla de Ebro. Al sur, un barranco, mucho menos marcado, parece marcar el final del yacimiento. De hecho la erosión en esta vertiente ha dejado a la luz varios muros y estructuras. Al este, el yacimiento está delimitado por un foso defensivo, ocupado actualmente por un campo de labor, que discurre a los pies de la elevación que acoge actualmente la ermita de San José. Al oeste, la colonia romana sobrepasa el cabezo que acogió a la ciudad ibérica y se extiende bajo el actual casco urbano de la localidad, tal y como han puesto de manifiesto recientes intervenciones arqueológicas. En concreto, en 2005 se localizó y documento un muro de cronología romana y grandes dimensiones en el solar de la plaza de la Iglesia, interpretado como un muro de contención de tierras para urbanizar la zona. La colonia romana aparece de este modo abierta hacia el río Ebro, sin duda la vía de comunicación que da sentido a esta ciudad antigua.
Excavaciones
Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz parte de la trama urbana, exhumando varios viales en excepcional estado de conservación. Las calles aparecen empedradas y ordenadas siguiendo el relieve del terreno. La evacuación de aguas al parecer se hizo por la superficie, sin que se hayan localizado cloacas bajo sus pavimentos. Ciertas ínsulas se protegieron del tráfico mediante metae en las esquinas y en los accesos a las viviendas. Se han descubierto tramos importantes del cardo I y del decumano I, orientados a los puntos cardinales. El cardo, de siete metros de anchura, muestra una vertiente central para la conducción de las aguas, y evidencia un abandono parcial antes del definitivo. El tramo del decumano, de casi nueve metros de anchura, con amplias aceras y profundo desnivel, debió utilizarse durante casi toda la vida de la colonia.
A lo largo de toda la superficie del yacimiento afloran estructuras de cronología romana que, en algunos casos, han servido de apoyo y cimiento a estructuras posteriores, como es el caso de la iglesia de San Nicolás, que apoya parcialmente en muros y estructuras de factura romana.
Se han excavado varios inmuebles residenciales de gran interés, como la Insula I denominada casa de los delfines, la Insula II, donde sobresale un pequeño macellum con acceso directo desde la calle, o la Insula III que se encuentra ocupada por tres casas, conocidas bajo los nombres de la casa de hércules, la casa del emblema blanco y negro, y la casa de la tortuga.
Gracias a la excavación de este yacimiento conocemos parte de su arquitectura doméstica formada por casas de atrio testudinado o de atrio toscano, un mercado, una panadería completa, almacenes, un restaurante, aljibes y el lugar dónde se localizaba la necrópolis. Es un yacimiento clave para el estudio de la terra sigillata itálica. De su excavación provienen importantes bienes como lucernas, ánforas y objetos de vidrio y metal muy variados y realizados con técnicas diversas.
Historia
- Protohistoria - Antigüedad
- Hierro II
- Ibérico Tardío - Tardo republicano
- Ciudad
- Protohistoria - Antigüedad
- Alto Imperio
- Augusto, Julio-Claudios y Flavios / Antoninos y Severos
- Romano
Excavación arqueológica
Musealización. Siglo XX, 1997
Declaración. Siglo XX - XXI
Bibliografía relacionada
Acceso
Horario
Martes a domingo de 9 a 13 h.
Miércoles y jueves de 9 a 13 h y de 16 a 18 h.
Cerrado: lunes. 1, 2 y 6 de enero; 1, 2 y 23 de abril; 15 de agosto; 12 de octubre; 24, 25, 26 y 31 de diciembre