Catapulta

Entre los numerosos elementos representativos del equipamiento militar procedente del yacimiento de «La Caridad», en Caminreal, destaca el capitulum de una catapulta tipo scorpio. El conjunto de piezas que lo forman apareció en el suelo de la estancia central de la Casa de Likine, en las proximidades del acceso a uno de los cubicula; en ese lugar quedó sepultado hacia los años 80-72 a. de C., fecha en la que se sitúa la destrucción del enclave. El hallazgo se produjo en agosto de 1985, durante la tercera campaña de excavación del yacimiento.

Los restos encontrados corresponden a diversos componentes metálicos que integraban la caja central y los cuatro modioli de la catapulta, cuyo mecanismo se completaba con piezas de madera y otros materiales perecederos, ya desaparecidos. Los modioli, fabricados a partir de una aleación de cobre con elevado contenido en plomo, presentan un aceptable estado de conservación, salvo cierta deformación de alguno de ellos por causas mecánicas. Por su parte, las planchas de hierro que armaban el cuerpo principal aparecieron gravemente deformadas y fracturadas bajo la presión soportada al desintegrarse la masa lígnea interior; a esta circunstancia se suma el desarrollo de la corrosión, que ha derivado en la pérdida de las propiedades de la materia metálica original.

La asociación entre los distintos elementos parece indicar que el arma se encontraba montada y dispuesta a funcionar, aunque se advierte la ausencia de dispositivos relacionados con el sistema de disparo, así como otros accesorios vinculados al soporte.

En años de investigaciones, las fuentes documentales han proporcionado información fundamental sobre la maquinaria militar grecorromana, y concretamente sobre las catapultas tipo scorpio; Vitruvio y Philon dan detalles relativos a su morfología y proporciones, aportando datos de gran interés apenas corroborados por valiosos pero escasos testimonios arqueológicos.

La catapulta de «La Caridad» representa un modelo de máquina de artillería accionada mediante torsión, de formato manejable, fácil de montar y capaz de disparar flechas a gran distancia con rigurosa precisión, prestaciones que la convertían en un arma fatalmente eficaz. A pesar de un estado de conservación crítico y algunas cuestiones todavía sin resolver, este ejemplar reúne condiciones que lo sitúan entre los más interesantes de los hasta ahora conocidos; ya que no se ha encontrado otra catapulta tan completa.

El capitulum localizado en Caminreal es tan importante porque ofrece la posibilidad de aproximarse a un complejo artefacto ampliamente utilizado por el ejército romano republicano, un producto de los avances tecnológicos del momento, que se beneficia a su vez de una larga tradición. Pero más allá de este interés, la catapulta de La Caridad debe considerarse una referencia excepcional, como elemento de contraste válido para profundizar en la interpretación de los tratados sobre artillería romana.