Castillo-Torreón del Conde de Aranda
Sobre la ladera de una meseta al lado de la población de Biota se elevan una torre y un palacio barroco. La torre fue construida probablemente durante el reinado de Sancho Ramírez, entre 1063 y 1091, para la defensa de la denominada Tierra Nueva. Hasta 1091 perteneció a la Corona, año en que Sancho Ramírez y su hijo Pedro dieron la torre a los señores Fortunio Aznárez y Sancho Aznárez, con el encargo de repoblar la ciudad. En 1169 era de Pedro de Urrea y perteneció a esta familia hasta que en 1348 sus descendientes Juan Jiménez de Urrea y su hijo Juan murieron luchando contra Pedro IV en la batalla de Épila, por lo que sus bienes fueron confiscados y donados a Pedro de Ejérica, quien por manejos del rey, casó con doña Violante Ximénez de Urrea en 1359, por lo que la torre volvió a la familia Urrea, en cuyo poder estuvo hasta el siglo XVIII. En 1772, Matías Landáburu, ministro de Carlos III, compró el título y la villa al conde de Aranda. En esa fecha, comenzó a construirse el palacio barroco adosado a la torre.
La torre no presenta ventanas, sólo algunas saeteras y la puerta está situada en altura. Interiormente se articula en tres plantas y se comunicaba con el palacio a través de una pasarela. Está construida en buena sillería y el remate consiste en una cornisa de ladrillos y almenas posteriores a la construcción de la torre. En una de las caras exteriores hay mechinales de otro edificio postizo que debió ser derribado al construir el palacio o en época anterior.
Historia
Declaración. Siglo XXI, 2006-08-25
Restauración. Siglo XXI, 2007-08-25 - 2010-08-25
Bibliografía relacionada
Sobre la ladera de una meseta al lado de la población de Biota se elevan una torre y un palacio barroco. La torre fue construida probablemente durante el reinado de Sancho Ramírez, entre 1063 y 1091, para la defensa de la denominada Tierra Nueva. Hasta 1091 perteneció a la Corona, año en que Sancho Ramírez y su hijo Pedro dieron la torre a los señores Fortunio Aznárez y Sancho Aznárez, con el encargo de repoblar la ciudad. En 1169 era de Pedro de Urrea y perteneció a esta familia hasta que en 1348 sus descendientes Juan Jiménez de Urrea y su hijo Juan murieron luchando contra Pedro IV en la batalla de Épila, por lo que sus bienes fueron confiscados y donados a Pedro de Ejérica, quien por manejos del rey, casó con doña Violante Ximénez de Urrea en 1359, por lo que la torre volvió a la familia Urrea, en cuyo poder estuvo hasta el siglo XVIII. En 1772, Matías Landáburu, ministro de Carlos III, compró el título y la villa al conde de Aranda. En esa fecha, comenzó a construirse el palacio barroco adosado a la torre.
La torre no presenta ventanas, sólo algunas saeteras y la puerta está situada en altura. Interiormente se articula en tres plantas y se comunicaba con el palacio a través de una pasarela. Está construida en buena sillería y el remate consiste en una cornisa de ladrillos y almenas posteriores a la construcción de la torre. En una de las caras exteriores hay mechinales de otro edificio postizo que debió ser derribado al construir el palacio o en época anterior.