Castillo del Conde de Aranda

Maella es una villa de origen musulmán conquistada por Alfonso II en 1163, recuperada por éstos y de nuevo conquistada por el mismo rey en 1169. Este monarca la entregó a la Orden de Calatrava en 1179, lo que fue confirmado por Pedro II en 1203. Martín el Humano se hospedó en el castillo durante las Cortes Generales celebradas en la iglesia de San Esteban en 1404. La Orden de Calatrava vendió en 1428 la villa a Alfonso V quien a su vez la entregó a los Ariño, iniciándose así su pasó por diversos señoríos privados, como los Almazán en el siglo XVI o los Abarca de Bolea en el siglo siguiente. Estos fueron nombrados más tarde condes de Aranda. En el siglo XIX tanto la villa como su castillo se vieron envueltos en los combates de las guerras carlistas, lo que significó la ruina total de este último.

Este castillo-palacio se encuentra en un extremo de la población, en su parte alta. Tiene planta rectangular, protegida por un recinto amurallado del que ha quedado su parte baja, con cubos y lienzos, todos ellos de sillería bien trabajada reforzada por contrafuertes del mismo material. El acceso, situado hacia el este, se hacía mediante una rampa, convertida posteriormente en escaleras y tras ella se encontraba la desaparecida puerta de ingreso. El castillo en sí, de planta rectangular, fue convertido en palacio en el siglo XVI, como se observa en la parte baja de las ruinas, de sillería y la alta, de ladrillo, lo que nos habla de dos periodos constructivos. Como se ha dicho ya, todo el conjunto fue destruido en el siglo XIX, pero todavía se conservan elementos como puertas, arcos, molduras, que nos hablan de la magnífica decoración de estilo gótico plateresco que tenía el castillo palacio.