Castillo de Sibirana

Según Lacarra puede ser identificado como el «castrum Silbanianus» disputado entre navarros y musulmanes. En el año 891 fue conquistado por los Banu Qasi y recuperado definitivamente por Sancho Garcés I en el 921. En esta época el rey navarro desempeñó un papel importante en la política del momento y gobernó el condado de Aragón como tutor de su hijo García Sánchez I. Un documento de 1063 atestigua su existencia y otro de 1086 habla de su pertenencia a la dote de la reina Felicia. Después, sólo aparece fugazmente en los documentos por la tenencia de Pedro López de Luna entre 1159 y 1162.  Fue un puesto de vigilancia estratégico sobre la antigua vía de comunicaciones.

El castillo se sitúa en un despoblado a 12 km de Luesia, por pista forestal y aparece encumbrado sobre una espectacular roca, no muy alta pero de paredes casi verticales. Ocupa casi la totalidad de la cumbre, de forma ovalada, con unos 25 metros de longitud por 4 de anchura. Aunque su origen es incierto, mantiene su estructura románica, posiblemente del siglo XI, si bien tiene origen musulmán. 

Está formado por dos torres rectangulares, una en cada extremo del peñasco y unidas entre sí por dos muros paralelos levantados sobre los bordes de la roca. Ambas torres presentan aparejo de sillería y fueron construidas en la misma época pero no son iguales. La orientada hacia el oeste es rectangular de unos 6 por 4 metros y está situada en un nivel más elevado. La puerta de ingreso está orientada hacia la otra torre y sobre ésta se abre una ventana con arco de medio punto y varias saeteras. La otra torre es algo más robusta y de planta trapezoidal. Su puerta se sitúa también el alto y mirando hacia la otra torre. 

Los sillares de las bases por el lado sur recubren parte de la peña sobre la que se asientan. En la base del lado norte quedan vestigios de un aljibe. En la base de la peña, al lado del camino, quedan restos de construcciones, seguramente casas, de época incierta.