Castillo de Santa Bárbara
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El castillo de La Fresneda se reconquistó en 1169, durante la ofensiva del sur del Ebro, y perteneció desde 1179 a la Orden de Calatrava por donación de Alfonso II. En 1210 el comendador Martín Pérez lo cedió a don Jimeno López pero al no tener este descendencia volvió a manos calatravas en 1274. En la guerra de Sucesión fue base del regimiento francés de Burk, destinado a defender estas fronteras. Durante las guerras carlistas la zona fue escenario de violentos combates y el castillo se acondicionó para el fuego artillero y fusilero de las tropas del general Cabrera, que causaron grandes destrozos al tener que abandonarlo en 1839.
Quedan pocos restos del castillo asentados sobre las vertientes del promontorio rocoso que domina la localidad con las ruinas consolidadas de una torre construida en época posterior a la primitiva fortaleza hoy desaparecida, la torre es de mampostería con esquinas reforzadas por sillares y en su interior se observa una cámara subterránea situada en la cumbre, con acceso entre dos grandes peñascos que flanqueaban la puerta de entrada a este recinto. Del recinto bajo se pueden apreciar los restos de la puerta y algunos paredones de gran tamaño.
Historia
Declaración. Siglo XXI, 2006-06-02
Bibliografía relacionada
El castillo de La Fresneda se reconquistó en 1169, durante la ofensiva del sur del Ebro, y perteneció desde 1179 a la Orden de Calatrava por donación de Alfonso II. En 1210 el comendador Martín Pérez lo cedió a don Jimeno López pero al no tener este descendencia volvió a manos calatravas en 1274. En la guerra de Sucesión fue base del regimiento francés de Burk, destinado a defender estas fronteras. Durante las guerras carlistas la zona fue escenario de violentos combates y el castillo se acondicionó para el fuego artillero y fusilero de las tropas del general Cabrera, que causaron grandes destrozos al tener que abandonarlo en 1839.
Quedan pocos restos del castillo asentados sobre las vertientes del promontorio rocoso que domina la localidad con las ruinas consolidadas de una torre construida en época posterior a la primitiva fortaleza hoy desaparecida, la torre es de mampostería con esquinas reforzadas por sillares y en su interior se observa una cámara subterránea situada en la cumbre, con acceso entre dos grandes peñascos que flanqueaban la puerta de entrada a este recinto. Del recinto bajo se pueden apreciar los restos de la puerta y algunos paredones de gran tamaño.