Castillo de Peracense
Enlaces relacionados
Junto a la localidad de Peracense (Teruel), en la sierra Menera, se levanta uno de los más impresionantes castillos de Aragón. Su construcción se debió a la necesidad de vigilar la frontera con el reino de Castilla durante el siglo XIII. Fue una de las construcciones de mayor importancia de las edificadas por la Corona de Aragón.
Su fábrica en piedra rodena destaca por el color rojizo característico de esta piedra autóctona. Consta de una estructura maciza sobre planta cuadrada irregular de unos 4.000 metros de superficie, dividida en tres recintos dispuestos de forma concéntrica. Los recintos interiores se rodean de una muralla de casi 3 metros de espesor que conserva todavía tres torreones rectangulares almenados y abiertos por saeteras.
En el recinto interior aún se pueden reconocer las estancias pertenecientes a las caballerizas e incluso la existencia de una alberca. El espacio exterior del castillo se completa con la torre del homenaje, una torre vigía.
El recinto central se compone de un gran patio de armas flanqueado por un torreón. La iglesia pudo estar ubicada bajo esta torre. Desde el patio se accedía al edificio por medio de una puerta de ingreso formada por un gran arco. La singularidad de esta construcción se confirma con aspectos arquitectónicos novedosos como el sistema de recogida de agua de lluvia por medio de canales esculpidos en la roca, que conducían el agua a aljibes.
Este castillo, por su interés y grandeza, ha sido restaurado y adecuado para la visita pública.
Historia
Construcción original. Siglo XIII
- Románico
Cambio de propiedad. Siglo XIII - XV
Cambio de uso. Siglo XIX
Restauración. Siglo XX, 1987-11-13 - 1992-11-13
Declaración. Siglo XX, 2006-11-13
Bibliografía relacionada
Recursos didácticos
Junto a la localidad de Peracense (Teruel), en la sierra Menera, se levanta uno de los más impresionantes castillos de Aragón. Su construcción se debió a la necesidad de vigilar la frontera con el reino de Castilla durante el siglo XIII. Fue una de las construcciones de mayor importancia de las edificadas por la Corona de Aragón.
Su fábrica en piedra rodena destaca por el color rojizo característico de esta piedra autóctona. Consta de una estructura maciza sobre planta cuadrada irregular de unos 4.000 metros de superficie, dividida en tres recintos dispuestos de forma concéntrica. Los recintos interiores se rodean de una muralla de casi 3 metros de espesor que conserva todavía tres torreones rectangulares almenados y abiertos por saeteras.
En el recinto interior aún se pueden reconocer las estancias pertenecientes a las caballerizas e incluso la existencia de una alberca. El espacio exterior del castillo se completa con la torre del homenaje, una torre vigía.
El recinto central se compone de un gran patio de armas flanqueado por un torreón. La iglesia pudo estar ubicada bajo esta torre. Desde el patio se accedía al edificio por medio de una puerta de ingreso formada por un gran arco. La singularidad de esta construcción se confirma con aspectos arquitectónicos novedosos como el sistema de recogida de agua de lluvia por medio de canales esculpidos en la roca, que conducían el agua a aljibes.
Este castillo, por su interés y grandeza, ha sido restaurado y adecuado para la visita pública.
Historia
Construcción original. Siglo XIII
- Románico