Castillo de Lascuarre
Los castillos de Lascuarre y Castigaleu eran las máximas avanzadas musulmanas frente al condado cristiano de Ribagorza durante los siglos X y XI, siendo conquistados por Ramiro I de Aragón. En 1126 fue acosado por los almorávides y poco después pasó con Alfonso I a la tenencia de Arnal Mir de Pallars. Tras la definitiva reconquista cristiana de estas tierras, el castillo perdió su importancia militar y se integró en la baronía de Castro al igual que las poblaciones vecinas.
Sus restos se levantan en el monte común de la población. Es una torre rectangular de unos siete por seis metros de lado y diez de altura, aunque no puede darse con precisión ya que ha perdido el remate. En una de sus esquinas presenta restos de tres ménsulas que sostenían un garitón. La puerta de ingreso está al sur, es rectangular y reforzada por sillares, aunque ha desaparecido la mitad de la misma, al igual que la ventana situada sobre ella. Tanto en el muro este como en el sur, al lado de la puerta encontramos contrafuertes rectangulares a modo de talud, para reforzar la entrada al castillo, así como saeteras de traza muy ruda en alguna de sus caras.
En su interior hay dos estancias separadas por un muro con una puerta en un extremo. Se observan vestigios de un recinto fortificado y un foso, hoy confundidos con la maleza. Ha perdido la techumbre y presenta importantes grietas en todos sus muros. A finales del año 2001 se comenzaron obras de consolidación de sus ruinas, intervención en la que se restauraron los contrafuertes, la puerta de acceso y el arranque del garitón. También se colocó en el interior una escalera de aluminio para poder subir a la parte alta de la torre.
Historia
Declaración. Siglo XXI, 2006-04-22
Bibliografía relacionada
Los castillos de Lascuarre y Castigaleu eran las máximas avanzadas musulmanas frente al condado cristiano de Ribagorza durante los siglos X y XI, siendo conquistados por Ramiro I de Aragón. En 1126 fue acosado por los almorávides y poco después pasó con Alfonso I a la tenencia de Arnal Mir de Pallars. Tras la definitiva reconquista cristiana de estas tierras, el castillo perdió su importancia militar y se integró en la baronía de Castro al igual que las poblaciones vecinas.
Sus restos se levantan en el monte común de la población. Es una torre rectangular de unos siete por seis metros de lado y diez de altura, aunque no puede darse con precisión ya que ha perdido el remate. En una de sus esquinas presenta restos de tres ménsulas que sostenían un garitón. La puerta de ingreso está al sur, es rectangular y reforzada por sillares, aunque ha desaparecido la mitad de la misma, al igual que la ventana situada sobre ella. Tanto en el muro este como en el sur, al lado de la puerta encontramos contrafuertes rectangulares a modo de talud, para reforzar la entrada al castillo, así como saeteras de traza muy ruda en alguna de sus caras.
En su interior hay dos estancias separadas por un muro con una puerta en un extremo. Se observan vestigios de un recinto fortificado y un foso, hoy confundidos con la maleza. Ha perdido la techumbre y presenta importantes grietas en todos sus muros. A finales del año 2001 se comenzaron obras de consolidación de sus ruinas, intervención en la que se restauraron los contrafuertes, la puerta de acceso y el arranque del garitón. También se colocó en el interior una escalera de aluminio para poder subir a la parte alta de la torre.