Castillo de Jarque
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Por noticias documentales sabemos que el lugar ya existía en 1147 con el nombre de Siarchum y en él había un pequeño castillo. Pasó por diversos propietarios hasta que en fecha desconocida y hasta 1382 perteneció a los Fernández de Luna que lo transformaron en residencia señorial. Posteriormente pasó a depender de los Urrea y más tarde de los condes de Aranda, que también realizaron modificaciones.
Se trata de una pequeña fortaleza de planta trapezoidal, de unos 25 por 30 metros, que se alza en lo alto de un monte dominando la población y el valle del Aranda. Toda su obra es de mampostería con la base en sillería formando un ligero talud, mientras que las esquinas son también de sillería. Estas esquinas presentan torreones, de planta cuadrada o ligeramente semicircular, algunos de los cuales han sido reforzados con cemento. Los muros se rematan mediante almenas terminadas en pico y se abren en ellos numerosos vanos. La puerta de ingreso está situada en altura y consiste en un arco de medio punto realizado en sillería.
El interior se halla completamente en ruinas confundiéndose lo que pudieron ser estancias y el patio. En uno de los lados se observa una depresión que pudo ser un aljibe. El estado de conservación es bastante regular, presentando todos los muros grandes pérdidas de material.
Historia
Declaración. Siglo XXI, 2006-06-22
Restauración. Siglo XXI, 2017-09-28
Bibliografía relacionada
Por noticias documentales sabemos que el lugar ya existía en 1147 con el nombre de Siarchum y en él había un pequeño castillo. Pasó por diversos propietarios hasta que en fecha desconocida y hasta 1382 perteneció a los Fernández de Luna que lo transformaron en residencia señorial. Posteriormente pasó a depender de los Urrea y más tarde de los condes de Aranda, que también realizaron modificaciones.
Se trata de una pequeña fortaleza de planta trapezoidal, de unos 25 por 30 metros, que se alza en lo alto de un monte dominando la población y el valle del Aranda. Toda su obra es de mampostería con la base en sillería formando un ligero talud, mientras que las esquinas son también de sillería. Estas esquinas presentan torreones, de planta cuadrada o ligeramente semicircular, algunos de los cuales han sido reforzados con cemento. Los muros se rematan mediante almenas terminadas en pico y se abren en ellos numerosos vanos. La puerta de ingreso está situada en altura y consiste en un arco de medio punto realizado en sillería.
El interior se halla completamente en ruinas confundiéndose lo que pudieron ser estancias y el patio. En uno de los lados se observa una depresión que pudo ser un aljibe. El estado de conservación es bastante regular, presentando todos los muros grandes pérdidas de material.