Castillo de Castiliscar

El castillo de Castiliscar estaba situado en la parte alta de la población, sobre un montículo de forma oval. Fue una fortificación cuyo origen se remonta a antes del siglo XI. Se sabe que en 1088 Sancho Ramírez dio a Galindo Sánchez, señor de Sos, el lugar de «castiello Liscare», para que fortificase el castillo sobre restos de otro anterior, tal vez de origen romano. Esta fortificación recibió carta de repoblación en 1171.

Posteriormente, 1201, pasó a la Orden de San Juan por venta de Pedro II, aunque estos ya tenían presencia en la población según un documento de 1179. En tiempos de Jaime I estaba protegido por los oficiales de Ejea y Navardún y reinando Jaime II su defensa dependía del alcaide de Rueyta, aunque seguía siendo de los Hospitalarios. Con el paso del tiempo y al desplazarse la frontera hacia el sur el castillo fue abandonado sirviendo una de sus torres como campanario de la cercana iglesia parroquial.

La explanada que ocupaba el castillo ha sido convertida en plaza. En sus bordes conserva parte del muro que lo circundaba aunque muy restaurado y transformado. El resto más importante es la torre que se alza en un extremo, de planta cuadrada, de unos 4 metros de lado y remate almenado, con obra de sillería y pequeñas saeteras para iluminación. Al ser transformada en campanario se abrieron huecos para alojar las campanas. Según descripciones, conserva una cámara interior cubierta con bóveda de cañón reforzada por un arco fajón. La torre presenta un cuerpo añadido, en el que se abre una puerta con la cruz de los Hospitalarios.