Castillo de Ador
El palacio castillo de Ador es en la actualidad un caserío rural que en su origen tuvo un carácter defensivo. Se localiza en el municipio de Azlor, camino de la vecina Azara. Seguramente fue un establecimiento musulmán, pues su topónimo «Ador», significa en árabe «La Casa». Su nombre aparece por primera vez en la documentación en tiempos de Pedro I, en 1095, cuando la conquista de Naval. Se desconoce su historia posterior hasta el siglo XV en que pertenecía a Pedro Naya. Sus sucesores fueron los barones de Alcalá, que abandonaron el lugar en época indeterminada, quedando reducido a ruinas.
Actualmente los restos de esta fortificación se conservan en un pequeño altozano conocido como monte de Alcalá. Contaba con una cerca de planta rectangular que lo rodeaba, de la que apenas quedan restos. El edificio es también de planta rectangular, del que quedan los muros exteriores, en los que se abren numerosos vanos de diferente factura.
Entre estas construcciones, ya casi irreconocibles, destaca una torre rectangular, con basamento de sillería. Hay numerosos vanos abiertos en sus muros, pero subsisten aún dos aspilleras originales en los muros Norte y Este. Al Este de la torre hay un pequeño oratorio, dedicado a san Gil, de planta rectangular con bóveda de lunetos realizada en ladrillo, al que se accede por puerta de arco de medio punto.
Historia
Declaración. Siglo XXI, 2006-05-13
Bibliografía relacionada
El palacio castillo de Ador es en la actualidad un caserío rural que en su origen tuvo un carácter defensivo. Se localiza en el municipio de Azlor, camino de la vecina Azara. Seguramente fue un establecimiento musulmán, pues su topónimo «Ador», significa en árabe «La Casa». Su nombre aparece por primera vez en la documentación en tiempos de Pedro I, en 1095, cuando la conquista de Naval. Se desconoce su historia posterior hasta el siglo XV en que pertenecía a Pedro Naya. Sus sucesores fueron los barones de Alcalá, que abandonaron el lugar en época indeterminada, quedando reducido a ruinas.
Actualmente los restos de esta fortificación se conservan en un pequeño altozano conocido como monte de Alcalá. Contaba con una cerca de planta rectangular que lo rodeaba, de la que apenas quedan restos. El edificio es también de planta rectangular, del que quedan los muros exteriores, en los que se abren numerosos vanos de diferente factura.
Entre estas construcciones, ya casi irreconocibles, destaca una torre rectangular, con basamento de sillería. Hay numerosos vanos abiertos en sus muros, pero subsisten aún dos aspilleras originales en los muros Norte y Este. Al Este de la torre hay un pequeño oratorio, dedicado a san Gil, de planta rectangular con bóveda de lunetos realizada en ladrillo, al que se accede por puerta de arco de medio punto.