Casa La Rosaleda

La Casa «La Rosaleda» se ubica en la calle Gumá nº 54-56 de Caspe, cuya fachada principal se orienta a la Plaza de Aragón lo que otorga al inmueble una situación privilegiada dentro del casco urbano de Caspe. Su construcción data de 1900 y fue promovida por Don José Miravete, mientras que las obras la dirige el arquitecto zaragozano Luís de la Figuera.

Su  tipología corresponde a una vivienda unifamiliar aislada con zona ajardinada, usual en las casas construidas a finales del siglo XIX en las afueras de las ciudades. El edificio tiene una superficie de 401 m2, y forma parte de un conjunto de dos fincas cuya área total es de 1496 m2. Presenta fábrica de sillar de piedra arenisca de mediano tamaño y perfectamente escuadrado, ligeramente resaltado en las esquinas. Su planta es rectangular y consta de dos alturas, baja más primera o noble, además de un lucernario prismático en la parte central de la cubierta de teja a cuatro vertientes que cubre la construcción.

El acceso principal se sitúa en la fachada meridional, es doble y se compone de dos arcos de medio punto de idénticas proporciones, enmarcados en rojo y coronados en la clave por sendos escudos, el de la izquierda romboidal y en su mayor parte perdido y el de la derecha cuartelado con una cruz de brazos de iguales en los cuarteles primero y cuarto y tres castillos en los cuarteles segundo y tercero. La presencia de este tipo de cruces está indudablemente relacionada con la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén u Orden Malta. Los escudos fueron extraídos con licencia municipal de las ruinas del castillo de Caspe. Además de estas piezas se detectan al menos otras cuatro que podrían tener la misma procedencia: la pieza esculpida que corona a modo de dosel el escudo de la derecha, la ménsula con una cruz de brazos iguales tallada en su frente que soporta el apoyo del balcón central y los dos sillares colocados a modo de imposta de arranque del arco de la izquierda, que presentan cuatro hojas de acanto dispuestas de tal forma que conforman una cruz de brazos iguales rehundida en su interior. El resto de los vanos son adintelados y están enmarcados en su mitad superior por una sencilla moldura pétrea con un ribete en rojo.

El interior de la vivienda no conserva nada de su distribución original, al haber sido reformada totalmente en los años 50 para ser dividida en dos viviendas independientes. En la parte trasera existen algunas construcciones secundarias de factura posterior.

Destaca por ser uno de los escasos ejemplos de tipología de vivienda aislada de carácter señorial de principios del siglo XX que ha pervivido en esta localidad bajoaragonesa.