Cárcel de Benabarre
La Cárcel de Benabarre tiene una especial relevancia simbólica e histórica en el marco de la Guerra de España (1936-1939) y de la inmediata posguerra. Fue un lugar de encarcelamiento masivo e intensivo de carácter mixto, con significado tanto para la localidad como para el conjunto del territorio aragonés y cuyo recuerdo permanece vivo en la memoria colectiva.
La cárcel de Benabarre se encuentra ubicada en el núcleo de la localidad de Benabarre (Huesca), entre las calles San Sebastián (Calle Justicia) y la Calle San Agustín. Fue construida rehabilitando el edificio que ocupaba desde 1604 el antiguo convento de Agustinos Descalzos de Benabarre, objeto del proceso de Desamortización desarrollado por Mendizábal (1837).
El funcionamiento de la prisión como cárcel del partido judicial de Benabarre abarca el periodo que va desde 1866 a 1974. Su época de mayor actividad se sitúa entre los años 1936 y 1956, y muy especialmente durante los años 1938 a 1940, de ahí su especial relevancia en este periodo histórico. Años más tarde, tras la reordenación de los partidos judiciales en la provincia a mediados de los años 60, ésta se integraría en el partido judicial de Barbastro, cayendo en desuso progresivamente. En su última etapa pasó a ser un depósito municipal, que acabó cerrándose definitivamente en 1974.
La prisión o cárcel de Benabarre es, por tanto, un modelo de prisión del siglo XIX-XX (la única conservada de estas características) que fue utilizada de forma intensa durante la Guerra de España y postguerra, y en concreto durante el periodo comprendido entre 1938 y 1940, dejando testimonio del modelo de prisión del momento, con espacios diferencias para hombres y mujeres, ya que se trató de una prisión mixta.
En ella se conservan los grafittis de los prisioneros como testimonio directo de los sueños y privaciones de los mismos. La construcción actual mantiene íntegra su estructura, en la que se observan, además, la reutilización de paramentos del castillo con sus correspondientes marcas de cantería, así como elementos suficientes para garantizar la evocación como Lugar de la Memoria Democrática de Aragón.
Se observa la presencia de un zaguán, una sala de juntas que cabe pensar sería utilizada para que el juez de primera instancia desarrollase su labor y un apartamento para el alcaide del centro que cuenta con una cocina, salón, gabinete y alcoba. En esta misma planta, la superior, y en el extremo opuesto se ubica la enfermería y la celda para presos distinguido y/o políticos. Respecto al altar para los oficios religiosos, es posible que no se utilizase al estar próxima la Iglesia del Convento de los Agustinos Descalzos. Carece de chimenea, y no hay celdas individuales, aunque la superficie por preso, de acuerdo a la Real Orden del momento, nunca es inferior a 13,13 m2.
La cárcel de Benabarre conserva integra su estructura original, realizada en piedra mampostería, con pilares de ladrillo y rejas en las ventanas. Las dovelas de las puertas están realizadas en piedra. La cubierta de la construcción, de teja, es la parte más afectada por el deterioro del paso del tiempo, junto a los forjados, y quizá donde habría que centrar los primeros esfuerzos de conservación de la totalidad del conjunto. Conserva íntegra las alas de las celdas, y en su interior se conservan, en diferentes grados de conservación, las celdas de los presos, los retretes, la numeración de las celdas, las puertas, los respiraderos, los pasillos de la cárcel y las diferentes estancias mencionadas en el proyecto de ejecución.
Conserva, además, los graffitis de los presos realizados en las paredes de las celdas, en un precario estado de conservación, ya que se encuentran situados en los enlucidos de las paredes de las celdas.
La cárcel de Benabarre es uno de los ejemplos mejor conservados de cárceles mixtas de finales del siglo XIX y siglo XX. Su uso fue especialmente intenso durante el periodo comprendido entre 1938 y 1940, donde el número de presos llegó a ser muy elevado tras el levantamiento de los sublevados en Benabarre, y donde fueron ejecutados algunos de los presos.
Los estudios documentales realizados constatan la sobresaturación de la cárcel, así como las circunstancias de las muertes de cada uno de los presos, que indican la práctica generalizada de fusilamientos y torturas.
La obra “Pasado Oculto” indica, además, que hubo 25 asesinados sin nombres ni circunstancias.
En el archivo del Ayuntamiento de Benabarre se conservan 17 expedientes de defunción de juicios sumarísimos en la Cárcel de Benabarre, y en el Archivo Histórico Provincial de Huesca se documenta los fallecimientos de al menos 67 prisioneros, de los que se conoce la identidad, de diversas procedencias del territorio español. Entre ellos, caben destacar las de los alcaldes de Benabarre y Tolva y la de los miembros de la Agrupación Socialista de Benabarre, así como componentes del Consejo Municipal de la localidad. Se conoce, además, la circunstancia de que fueron detenidos, expedientados y posteriormente desterrados los maestros y maestras de la colonia infantil existente en la localidad de Benabarre durante el periodo de la contienda.
Cabe destacar la existencia de un lugar dentro del recinto dedicado específicamente a las torturas y vejaciones a las que fueron sometidas las mujeres allí detenidas.
Historia
Construcción. Siglo XIX, 1863
Declaración. Siglo XXI, 2021
La Cárcel de Benabarre tiene una especial relevancia simbólica e histórica en el marco de la Guerra de España (1936-1939) y de la inmediata posguerra. Fue un lugar de encarcelamiento masivo e intensivo de carácter mixto, con significado tanto para la localidad como para el conjunto del territorio aragonés y cuyo recuerdo permanece vivo en la memoria colectiva.
La cárcel de Benabarre se encuentra ubicada en el núcleo de la localidad de Benabarre (Huesca), entre las calles San Sebastián (Calle Justicia) y la Calle San Agustín. Fue construida rehabilitando el edificio que ocupaba desde 1604 el antiguo convento de Agustinos Descalzos de Benabarre, objeto del proceso de Desamortización desarrollado por Mendizábal (1837).
El funcionamiento de la prisión como cárcel del partido judicial de Benabarre abarca el periodo que va desde 1866 a 1974. Su época de mayor actividad se sitúa entre los años 1936 y 1956, y muy especialmente durante los años 1938 a 1940, de ahí su especial relevancia en este periodo histórico. Años más tarde, tras la reordenación de los partidos judiciales en la provincia a mediados de los años 60, ésta se integraría en el partido judicial de Barbastro, cayendo en desuso progresivamente. En su última etapa pasó a ser un depósito municipal, que acabó cerrándose definitivamente en 1974.
La prisión o cárcel de Benabarre es, por tanto, un modelo de prisión del siglo XIX-XX (la única conservada de estas características) que fue utilizada de forma intensa durante la Guerra de España y postguerra, y en concreto durante el periodo comprendido entre 1938 y 1940, dejando testimonio del modelo de prisión del momento, con espacios diferencias para hombres y mujeres, ya que se trató de una prisión mixta.
En ella se conservan los grafittis de los prisioneros como testimonio directo de los sueños y privaciones de los mismos. La construcción actual mantiene íntegra su estructura, en la que se observan, además, la reutilización de paramentos del castillo con sus correspondientes marcas de cantería, así como elementos suficientes para garantizar la evocación como Lugar de la Memoria Democrática de Aragón.
Se observa la presencia de un zaguán, una sala de juntas que cabe pensar sería utilizada para que el juez de primera instancia desarrollase su labor y un apartamento para el alcaide del centro que cuenta con una cocina, salón, gabinete y alcoba. En esta misma planta, la superior, y en el extremo opuesto se ubica la enfermería y la celda para presos distinguido y/o políticos. Respecto al altar para los oficios religiosos, es posible que no se utilizase al estar próxima la Iglesia del Convento de los Agustinos Descalzos. Carece de chimenea, y no hay celdas individuales, aunque la superficie por preso, de acuerdo a la Real Orden del momento, nunca es inferior a 13,13 m2.
La cárcel de Benabarre conserva integra su estructura original, realizada en piedra mampostería, con pilares de ladrillo y rejas en las ventanas. Las dovelas de las puertas están realizadas en piedra. La cubierta de la construcción, de teja, es la parte más afectada por el deterioro del paso del tiempo, junto a los forjados, y quizá donde habría que centrar los primeros esfuerzos de conservación de la totalidad del conjunto. Conserva íntegra las alas de las celdas, y en su interior se conservan, en diferentes grados de conservación, las celdas de los presos, los retretes, la numeración de las celdas, las puertas, los respiraderos, los pasillos de la cárcel y las diferentes estancias mencionadas en el proyecto de ejecución.
Conserva, además, los graffitis de los presos realizados en las paredes de las celdas, en un precario estado de conservación, ya que se encuentran situados en los enlucidos de las paredes de las celdas.
La cárcel de Benabarre es uno de los ejemplos mejor conservados de cárceles mixtas de finales del siglo XIX y siglo XX. Su uso fue especialmente intenso durante el periodo comprendido entre 1938 y 1940, donde el número de presos llegó a ser muy elevado tras el levantamiento de los sublevados en Benabarre, y donde fueron ejecutados algunos de los presos.
Los estudios documentales realizados constatan la sobresaturación de la cárcel, así como las circunstancias de las muertes de cada uno de los presos, que indican la práctica generalizada de fusilamientos y torturas.
La obra “Pasado Oculto” indica, además, que hubo 25 asesinados sin nombres ni circunstancias.
En el archivo del Ayuntamiento de Benabarre se conservan 17 expedientes de defunción de juicios sumarísimos en la Cárcel de Benabarre, y en el Archivo Histórico Provincial de Huesca se documenta los fallecimientos de al menos 67 prisioneros, de los que se conoce la identidad, de diversas procedencias del territorio español. Entre ellos, caben destacar las de los alcaldes de Benabarre y Tolva y la de los miembros de la Agrupación Socialista de Benabarre, así como componentes del Consejo Municipal de la localidad. Se conoce, además, la circunstancia de que fueron detenidos, expedientados y posteriormente desterrados los maestros y maestras de la colonia infantil existente en la localidad de Benabarre durante el periodo de la contienda.
Cabe destacar la existencia de un lugar dentro del recinto dedicado específicamente a las torturas y vejaciones a las que fueron sometidas las mujeres allí detenidas.