Abrazo en la Puerta Dorada- Museo de Huesca

San Joaquín y Santa Ana, situados en el centro de la composición, están acogidos por un ángel que extiende sus alas tras sus cabezas. Los tres llevan aureola dorada. Simétricamente, y a cada lado, se sitúan, a la izquierda, un pastor apoyado en un bastón y, a la derecha, una joven que sostiene en su mano izquierda un cesto de frutas. Sus rostros demuestran una expresión serena y ensimismada. Las figuras ocupan la mayor parte de la superficie del cuadro, tratadas con monumentalidad y carácter escultural, notas tomadas de la escuela de Ferrara y Mantua.

Frente a la verticalidad de las figuras, se subraya la horizontalidad en la disposición, actitud y juego de brazos de los personajes; quizá sea una nota característica del autor, aunque se conocen precedentes en la pintura valenciana, pues en Yañez y Llanos aparece anteriormente.

Se observa la riqueza del vestuario con gran predominio de brocados de diversos motivos y dibujos y un estudiado tratamiento en los pliegues. San Joaquín con túnica roja, levita de brocado y gorro. Santa Ana con túnica de brocado, manto azul metálico y toca ocre claro; de su cintura cuelgan tres llaves, una bolsa y otro objeto en funda. La doncella con vestido rojo, chaquetilla verde y diadema en la cabeza. Los tonos fuertes del vestuario de los personajes contrastan con el ocre en diversos tonos de la construcción del fondo.

Dispuestas las figuras en primer plano, el autor coloca en segundo, el conjunto arquitectónico de la fachada. Una puerta bajo arco de medio punto entre torreones y un friso corrido donde en una cartela sobre la puerta se leen las iniciales I.E.N., a las que el pintor es aficionado. A la derecha del espectador, en una hornacina practicada en el muro, reposa una escultura masculina, un santo con aureola sobre su cabeza y una filacteria en su mano derecha; en el lado contrario, en el hueco de una ventana y sobre el alféizar se ha colocado una escultura femenina.

Minucioso y descriptivo en todo detalle, delimita las dovelas del arco de la puerta y deja ver bajo los desconchados de la capa de enlucido los ladrillos del muro. Destaca el suelo terroso de piedras, plantas, hierbas, etc, donde podemos ver la influencia flamenca.