Emblemas y piedras armeras en Aragón

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Escudo de armas en la Casa de los Navarro de Arzuriaga, Albarracín. Foto: Sara Gimeno Laporta

En gran parte del patrimonio arquitectónico civil y religioso de Aragón podemos observar, sobre la puerta de acceso o esculpidos en la fachada principal, escudos de armas pertenecientes al noble o caballero que fue su propietario. La conservación de estos blasones ha propiciado el estudio y conocimiento de gran parte de la historia de Aragón durante la Edad Media y el Renacimiento. Su importancia histórica y artística se refuerza con la consideración de Bien de Interés Cultural por ministerio de Ley que le otorga la Ley 3/1999 del Patrimonio Cultural Aragonés en su Disposición adicional segunda.

Durante la Edad Media en Aragón, nobles y caballeros gozaban de privilegios debido al servicio militar que prestaban a un rey o señor. Por el derecho de infanzonía conseguían pagas, terrenos, exención de impuestos y títulos hereditarios. Así, se distinguían del resto de la población adornando con emblemas y armas particulares tanto sus escudos como la fachada de su vivienda.

Los escudos de linaje en la península ibérica se originan durante las campañas de cruzadas contra el Islam. La costumbre de identificarse mediante colores en combate pasa a individualizarse con escudos de armas que terminaron por ser hereditarios. Esta práctica se generaliza a partir del siglo XIII.

Si en un principio estas piedras armeras fueron muy simples, se complican en elementos simbólicos y narrativos hacia el siglo XVI. Las figuras se colocan de manera estudiada que varía según la familia y la región. Los escudos se distribuyen mediante divisiones a base de bandas horizontales, verticales o en torno a un motivo central. En cada partición o cuartel se representan figuras naturales y animales, seres fantásticos y humanos. Entre estas figuras las más repetidas son los animales salvajes símbolo de la fiereza y valentía como el león, el águila, el lobo, además de astros como el sol y la luna. Dragones, centauros, grifos aportan el sentido mitológico al conjunto. Los más narrativos presentan escenas de la vida cotidiana, escenas de guerra, de la vida eclesiástica y elementos arquitectónicos representativos de la época.

En el reino de Aragón existió un gran repertorio de familias nobles, los López de Pedruelo, los Zapatas, los Ximénez, los Pérez, los Broqueleros, los Sancho, los Blecua, los Luna, los Buil, etc., cuyo apellido y escudo de armas todavía se conservan en los palacios y casones que les pertenecieron. En la comarca del Somontano de Barbastro (Huesca) son numerosas las localidades en las que todavía se pueden contemplar piedras armeras: Alquézar, Barbastro, Bierge, Alberuela de Liena, Berbegal, etc. Las encontramos en otras localidades de Huesca como Ibieca, Berdún, Ayerbe, Agüero, o Loporzano que posee un magnífico conjunto de emblemas de los Burriales, los Serales, los Francos, los Isarres, los Aysas y los Calvos. Las piedras armeras de La Iglesuela del Cid, Mirambel en Teruel o Magallón en Zaragoza son otros ejemplos a destacar entre la larga lista de casas, palacios, castillos y monasterios que todavía conservan estas placas de piedra.

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